El Papa Francisco fue anfitrión de 21 refugiados sirios para el almuerzo en su residencia, donde los niños le dieron sus dibujos de la guerra y sus escapes dramáticos por mar.
El Papa parecía particularmente conmovido por un dibujo de un niño que se dibujó nadando en un mar de sangre y luego nadando en un mar de color azul.
Otro dibujo mostraba un tanque y figuras del palillo disparar el uno al otro, mientras que uno más representado dos niños corriendo fuera de peligro mano a mano.
Al almuerzo asistieron familias de refugiados sirios, la mayoría de ellos musulmanes. El Vaticano está pagando por su mantenimiento a medida que empiezan una nueva vida en Roma, bajo los auspicios de la Comunidad de San Egidio, un grupo de caridad y de la paz católica con sede en Roma.
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