Durante una reunión entre el presidente de Irak, Barham Saleh y el papa Francisco, en la que también participaron el secretario de Estado y el ministro del Exterior del Vaticano en la Santa Sede, El Vaticano exhortó al gobierno iraquí a garantizar la seguridad de los cristianos y que éstos tengan un lugar en el país, que es azotado por la guerra.
La oficina de Saleh informó que el presidente iraquí y Francisco hablaron sobre la posibilidad de una visita papal a territorio de Irak, pero subrayó que ese tema fue "programado para ser planteado en una fecha posterior".
El papa Francisco había expresado la esperanza de visitar Irak este año, pero hasta ahora no se ha confirmado ningún viaje, debido a la agitación desatada en esa zona tras el ataque estadounidense con dron en territorio iraquí, el cual mató a un alto general iraní.
Por su parte, la Santa Sede indicó que las reuniones se centraron en la promoción de la paz y la seguridad en Irak, en particular para las minorías cristianas, muchas de las cuales han huido de comunidades que se remontan a la época de Jesús, para evadir la persecución de los milicianos del grupo Estado Islámico.
A través de un comunicado, El Vaticano señaló que las reuniones cubrieron la "importancia de preservar la presencia histórica de los cristianos en el país, del cual son una parte integral, y la importancia de su aporte a la reconstrucción del tejido social, destacando la necesidad de garantizar su seguridad y un lugar en el futuro de Irak".
En tanto, la oficina del presidente Saleh sostuvo que una coexistencia pacífica entre musulmanes y cristianos es la única manera para erradicar el extremismo.
Durante la reunión, Saleh obsequió a Francisco una réplica del Código de Hammurabi, las antiguas leyes babilónicas, al que llamó "símbolo de la paz".
Francisco, por su parte, entregó a Saleh un medallón y un conjunto de sus documentos magisteriales, uno de ellos referidos a la fraternidad cristiano-musulmana.