Jebi, el tifón más violento de los últimos 25 años, tocó tierras niponas, dejando grandes daños a su paso. Con rachas de viento superiores a los 200 kilómetros por hora, este ciclón ha provocado el choque de embarcaciones y la volcadura de automóviles, autobuses y camiones en varias regiones de Japón.
Hasta el momento, se han reportado 200 personas heridas y siete que perdieron la vida. Las autoridades han emitido el aviso de evacuación a 300 mil habitantes.
En total, 600 vuelos han sido cancelados debido a la inundación de una de las dos pistas y la zona de almacenamiento de mercancías, entre otras instalaciones, del aeropuerto internacional de Kansai en Osaka, lo cual dejó aproximadamente tres mil pasajeros varados.
En Nishinomiya y Hyogo, 100 automóviles estallaron en llamas debido a que sus sistemas eléctricos fueron alcanzados por el agua de mar.
Con la intención de salvaguardar la vida de los habitantes de la isla del sol naciente, varias empresas de las zonas más afectadas han pedido a sus empleados no salir de casa; las escuelas han hecho lo mismo con sus alumnos.
Se estima que más de 96 millones de hogares en la región de Kansai y la isla de Shikoku se han quedado temporalmente sin energía eléctrica.
Se espera que Jebi, que en coreano significa golondrina , pierda fuerza durante la noche a su paso por el mar, hasta convertirse en un ciclón extratropical.
Japón, 1993
Los fenómenos meteorológicos registrados en Japón durante 1993 causaron graves daños en el país nipón: destrozaron carreteras y hogares. En ese momento, se desplegaron cerca de 75 mil efectivos para realizar labores de búsqueda y rescate. De acuerdo con los informes oficiales, el saldo fue de 48 muertos o desaparecidos.
Se calcula que en aquel momento, cerca de 17 mil japoneses se quedaron sin energía eléctrica y líneas telefónicas, mientras que dos millones de personas fueron forzadas a dejar sus hogares.
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