Nuevas imágenes del Amazonas muestran devastación

Árboles calcinados que aún se mantienen de pie en medio de troncos incendiados y suelo quemado es el nuevo panorama de la zona selvática. Foto: AFP

Después de los más de 20 días de los incendios que han azotado Brasil, la mayoría de ellos ocurren en la zonas de la selva amazónica, las imágenes de cómo ha cambiado el paisaje en el llamado "pulmón del mundo" son devastadoras.

El panorama está ensombrecido por los daños que dejó el paso del fuego abrazador y la emergencia aún no ha terminado. En estados brasileños como Boca do Acre, Rondonia y Para son visibles las afectaciones al que representa el ecosistema de numerosas especies de animales y plantas.

  • Fotografías tomadas en la zona siniestrada muestran troncos de árboles calcinados y aún ardiendo con fuego en su interior, campos quemados y columnas de humo. 

La catástrofe llegó hasta las zonas fronterizas de Brasil con Bolivia, Ecuador y Perú donde también ya se están tomando acciones para frenar la emergencia que aún no se detiene pues de acuerdo con el último reporte, se han declarado más de un millar de nuevos incendios en las últimas horas.

Hasta este domingo, se registraron 80 mil 626 incendios en todo Brasil y de ellos son mil 113 focos nuevos en relación al reporte anterior que fue dado a conocer el sábado. El balance marca un aumento de 78% respecto al mismo periodo del año pasado; el 52,6% de los focos están localizados en la región amazónica.

  • De acuerdo con los expertos, la creciente deforestación provocada para abrir espacio a cultivos o pastoreo agravó la temporada habitual de incendios.

En el estado de Rondonia, una de las zonas más afectadas, las personas están viviendo bajo una capa de humo que ha envuelto a la región, sus partículas han afectado 100% su vida diaria e incluso despiertan cansadas de respirar el humo.

En algunos lugares, la destrucción se evidencia con las imágenes de árboles solitarios que aún permanecen de pie a pesar de estar rodeados de tierra quemada. La Amazonía es considerado un tesoro ecológico de 5,5 millones de kilómetros cuadrados que se encuentran bajo amenaza de las llamas que continúan arrasando la belleza de sus áreas. 

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