Que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) venezolano haya asumido las funciones del Poder Legislativo, no es un golpe de Estado, sino una acción correctiva para detener la "desviada y golpista" actuación de diputados opositores declarados en desacato al máximo tribunal, asegura la Cancillería de ese país, en respuesta a las varias condenas que ha recibido de distintas partes del mundo.
Cabe recordar que el jueves pasado, la Asamblea, con mayoría opositora, denunció que el gobierno que encabeza Nicolás Maduro perpetró un golpe de Estado contra el foro legislativo, que por cierto fue elegido por 14 millones de venezolanos en 2015. Ese día, el TSJ emitió una sentencia en la que anunció que asumirá las funciones de la Asamblea mientras ésta se mantenga en "desacato".
Las voces oficialistas acusan a los gobiernos de la "derecha intolerante y proimperialista de la región (encabezada por) el Departamento de Estado y los centros de poder estadounidenses, que mediante falsedades e ignominias pretenden atentar contra el Estado de derecho en Venezuela y su orden constitucional".
Mientras tanto, en el país no han cesado las movilizaciones en las calles, que en buena medida han terminado en enfrentamientos con la policía.
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