Al menos 30 personas murieron y 95 resultaron heridas en un atentado suicida cometido el pasado 25 de marzo en un estadio de futbol al sur de Bagdad, que fue reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI).
El suicida se infiltró entre los espectadores y detonó el cinturón de explosivos que llevaba adosado al cuerpo, causando terror en el interior del campo, donde se disputaba un partido de futbol entre equipos locales.