Hong Kong, capital del tráfico de sangre de mujeres embarazadas

Decenas de personas participan en el contrabando de sangre hacia la excolonia británica. Foto: Cuartoscuro

China prohibió los análisis de sangre de las mujeres embarazadas para conocer el sexo del feto con el objetivo de evitar los abortos selectivos, pero surgieron prácticas médicas ilegales, como enviar muestras de sangre a Hong Kong.

Pekín se comprometió en 2015 a erradicar este tráfico que no ha dejado de prosperar ante el deseo de los padres de saber si esperan a un niño o una niña, un anhelo fruto de la política del hijo único, que Pekín abandonó hace tres años, permitiendo ahora tener a un máximo de dos hijos.

Decenas de personas participan en el contrabando de sangre hacia la excolonia británica donde proponen abiertamente sus servicios, pese a la importante vigilancia de las autoridades.

Hacer pruebas de sangre para conocer el sexo del feto está prohibido en China, exceptuando casos imprescindibles por motivos médicos. 

Tras años de abortos selectivos, en China hay 31,6 millones de hombres más que de mujeres. El año pasado se contabilizaron 100 nacimientos de niñas por 115 niños.

¿Cómo se hacen los análisis?

En cambio, en Hong Kong pueden realizar estos análisis de sangre para conocer su sexo y algunas clínicas prefieren hacer la vista gorda ante las muestras procedentes de la China continental.

Haciéndose pasar por una posible clienta, una periodista de la AFP se puso en contacto en China con tres agentes que le propusieron organizarle visitas en tres laboratorios o facilitarle el envío de una muestra de sangre a Hong Kong por 580 dólares (520 euros).

Tras pagar un adelanto, el cliente recibe un kit de análisis a través de un intermediario. Algunos agentes aconsejan incluso que pidan la asistencia de una enfermera para realizar la toma de sangre.

A continuación, solo debe enviar la muestra a Shenzen, una localidad fronteriza con Hong Kong, en el sudeste del país. Allí los contrabandistas la harán entrar ilegalmente en la excolonia británica.

Ninguno de los intermediarios reveló cómo la introducen en Hong Kong, pero todos ellos aseguran que llegará sin problemas a su destino. 

"La transportarán al laboratorio en un vehículo especializado. Las muestras se encuentran bajo condiciones adecuadas, todo irá bien", prometió uno de los agentes, que se comprometió a tener los resultados de las pruebas en 24 horas. 

El departamento de Sanidad de Hong Kong indicó que se triplicó desde 2016 el número de investigaciones abiertas por este comercio ilegal, pero ninguno de estos casos llegó a los tribunales. 

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