El distanciamiento entre Irán y el acuerdo nuclear pactado en 2015 entre potencias internacionales se hace mayor, luego del anuncio sobre la multiplicación por dos en el número de centrifugadoras avanzadas que utiliza.
El Gobierno iraní afirmó que esta decisión es el resultado directo de la retirada de Estados Unidos del acuerdo, medida ordenada por el presidente, Donald Trump.
Con el uso de estos dispositivos avanzados, Irán reduce aún más el plazo de un año que según los expertos necesitaría Irán para tener material suficiente para construir una bomba nuclear si quisiera hacerlo.
Irán insiste, desde hace años, en que su programa nuclear tiene fines pacíficos; sin embargo, las preocupaciones de Occidente sobre su investigación llevaron al acuerdo de 2015, el cual establece que Teherán limitaba su enriquecimiento de uranio a cambio del levantamiento de sanciones económicas.
La república islámica ha pasado de producir unos 450 gramos (1 libra) de uranio de bajo enriquecimiento al día a 5 kilogramos (11 libras), indicó Ali Akbar Salehi, director de la Organización de Energía Atómica en Irán
El acuerdo internacional limitaba a Irán a utilizar solo 5.060 centrifugadoras IR-1 de primera generación para enriquecer uranio haciendo girar a gran velocidad el gas hexafluoruro de uranio.
Irán ya ha superado sus limitaciones de enriquecimiento y reservas, en un intento de presionar a Europa para que ofrezca un nuevo acuerdo. Pero más de un año después de la retirada de Estados Unidos, las naciones europeas no han logrado ofrecer a Irán una forma de vender en el extranjero su petróleo, castigado por estrictas sanciones estadounidenses.
El derrumbe del acuerdo nuclear se da en el marco de un tenso verano de ataques misteriosos contra petroleros e instalaciones petrolíferas saudíes, que Washington atribuyó a Irak.
Por su parte, Estados Unidos ha decidido aumentar su presencia militar en todo Oriente Medio, lo que ha incluido desplegar tropas en Arabia Saudí por primera vez desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.