Las autoridades inglesas anunciaron que emprenderán una investigación para hallar a los responsables de la filtración de cables diplomáticos en los que el embajador británico en Estados Unidos calificó a la administración de Donald Trump como "inepta" y "excepcionalmente disfuncional".
Un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores indicó que "se abrirá una investigación oficial sobre las filtraciones", sin cuestionar la veracidad de los cables diplomáticos hechos por el embajador, Kim Darroch.
A la defensa del Darroch, quien es uno de los diplomáticos británicos con más experiencia, salió Theresa May, primera ministra saliente, que condenó las filtraciones catalogándoles como "totalmente inaceptables" y reafirmó la confianza en el embajador.
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Por su parte el canciller británico, Jeremy Hunt, se pronunció respecto a este caso y señaló que su preocupación por la información filtrada.
"Tenemos que descubrir cómo pudo pasar esto, al menos devolver la confianza a nuestros equipos en todos el mundo para que continúen dándonos evaluaciones sinceras", dijo el canciller británico, Jeremy Hunt.
Y agregó:
"Es muy importante decir que el embajador estaba haciendo su trabajo de embajador, que es proporcionar informes francos y opiniones personales sobre lo que ocurre en el país en el que trabaja [...] pero son opiniones personales, no las opiniones del gobierno británico, ni mi opinión".
Según con lo reportado por el diario británico, The Mail on Sunday, algunos de estos reportes filtrados remontan a 2017.
"Realmente no creemos que esta administración vaya a volverse sustancialmente más normal, menos disfuncional, menos impredecible, menos divisiva, menos torpe e inepta diplomáticamente", habría escrito Darroch en un despacho.
Filtraciones llegan en mal momento
Londres y Estados Unidos, su aliado histórico, están a punto de sellar un acuerdo de libre comercio post-Brexit.
Por lo que el ministro de Comercio Internacional británico, Liam Fox, pidió una intervención de la justicia, y declaró las filtraciones como no profesionales, sin ética y no patrióticas, ya que pueden provocar problemas en las relaciones con la administración del presidente estadounidense, Donald Trump.
Liam Fox, que viaja esta semana a Estados Unidos, quiso mostrarse tranquilo asegurando que estas filtraciones no impedirán "preparar el terreno" para un futuro acuerdo de libre comercio.