El presidente ruso, Vladimir Putin, declaró el viernes que la "próxima etapa" para la guerra en Siria será "un alto al fuego en el conjunto del territorio", mientras sigue la evacuación de miles de civiles y rebeldes de la ciudad de Alepo.
"Negociamos activamente con representantes de la oposición armada, sobre todo gracias a la mediación de Turquía. Acordamos durante una conversación telefónica con el presidente turco, proponer a las diferentes partes del conflicto un nuevo lugar para las negociaciones de paz. Podría ser la capital de Kazajistán, Astana", declaró Putin al margen de una visita a Tokio.
En Astana ya se llevaron a cabo reuniones entre representantes del régimen de Damasco y de la oposición tolerada por el régimen.
Putin hizo estas declaraciones antes de una reunión prevista este mismo viernes en el Consejo de Seguridad de la ONU para tratar de obtener el despliegue de observadores internacionales en Alepo para vigilar la evacuación de civiles y rebeldes.
Miles de personas fueron evacuadas el jueves de Alepo, un mes después de una ofensiva devastadora del régimen que se dispone a proclamar su mayor victoria de la guerra con la reconquista total de la segunda ciudad de Siria.
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