Saqueos y desolación en capital petrolera de Venezuela

Policías y militares fueron incapaces de contener los focos de desorden esparcidos por la ciudad. Foto: AFP

Huele a destrucción. El gas pimienta aún impregna uno de los supermercados saqueados en la ciudad petrolera de Maracaibo durante el apagón más caótico vivido en Venezuela. Solo hay escombros dejados por multitudes fuera de control.

Una empleada llora al ver el lugar donde trabaja desde hace 15 años. Miles de personas arrasaron con tres locales de una trasnacional holandesa dueña de 37 hipermercados en Venezuela. El futuro de los 400 trabajadores, de los cinco mil que emplean en todo el país, es incierto.

Policías y militares fueron incapaces de contener los focos de desorden esparcidos por la ciudad luego de días a oscuras tras una falla que el gobierno de Nicolás Maduro atribuye a ataques "cibernéticos" dirigidos desde Estados Unidos.

Tenemos hambre", gritaban algunos, según narra un joven policía bajo anonimato. "Me provocó quitarme el uniforme y ponerme a saquear, nosotros también tenemos hambre, en mi casa no tengo comida", relata el oficial delgado y de ojos claros.

[ Leer: EU eleva a máximo nivel alerta de viaje para Venezuela ]

A las afueras de una fábrica de comida de Alimentos Polar, la corporación privada más grande de Venezuela, decenas de habitantes de barrios adyacentes siguen al acecho luego de arremeter contra varias de sus instalaciones.

  • Militares con camiones blindados custodian el sitio y tratan de mantenerlos a raya para evitar otro saqueo.

No quedó nada

Tiendas de zapatos, joyas y celulares no escaparon a la anarquía desatada.

En la otrora próspera ciudad petrolera las calles están desoladas y los establecimientos cerrados. Incluso comprar una botella de agua puede resultar una odisea. En los pocos comercios abiertos cientos hacen filas para comprar algo de comida.

Esto fue un saqueo masivo, hubo pérdidas millonarias", lamenta Francisco Arteaga, de 61 años, testigo de la anarquía. "Ahora uno anda buscando comida como un loco (...) usted ve la ciudad y parece que hubiera habido una guerra", añade tras caminar horas en el desértico clima sin conseguir alimentos.

 

Qué opinas