Este joven sí que se sentía Dios, pues basta con ver cómo se sube y se pone de pie durante un buen rato en una motocicleta de movimiento, pero no contaba con que la suerte puede cambiar de un momento a otro y terminó en el suelo con tremendo golpazo.
Seguramente ya no le quedaron ganas de volver a intentar esa acrobacia.
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