El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confió que la nueva ley de salud que impulsan la Casa Blanca y los republicanos pueda ser realidad, aunque también admitió la posibilidad de una derrota en la que fue una de sus principales promesas de campaña.
Durante una reunión con los senadores republicanos, Trump insistió que el Congreso no tiene otra opción para sustituir la ley actual, que dijo "es un desastre total".
El mandatario convocó a los legisladores de emergencia, luego que el liderazgo republicano del Senado se vio obligado a postergar el voto de su iniciativa de ley debido a la oposición unánime de un puñado de sus correligionarios, además de la totalidad de los demócratas. Con su convocatoria, Trump buscó proyectar una imagen de unidad de la bancada republicana sobre esta iniciativa, una de sus principales promesas de campaña, cuya versión en la cámara alta es rechazada por algunos de los legisladores más conservadores de su fracción.
El líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, aceptó que carece de los 50 votos necesarios para aprobar la versión de la ley de salud, un día después que la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) reportó que dejaría sin cobertura médica a otras 22 millones de personas.
Trump desestimó la oposición de los demócratas, acusándolos de desconocer la iniciativa y dijo que será genial si los republicanos logran aprobar su iniciativa, aunque la versión del Senado difiere de la que fue aprobada semanas atrás por los republicanos en la Cámara de Representantes.
"Esto será genial si lo hacemos. Y si no lo hacemos, va a ser algo que no nos va a gustar, y eso está bien, y lo entiendo muy bien". Donald Trump
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