De acuerdo con una investigación publicada por The New York Times, Donald Trump, dedica entre cuatro y ocho diarias a ver televisión, bebe una docena de refrescos de cola de dieta al día y ve a la Presidencia de Estados Unidos esencialmente como una batalla por su supervivencia.
Los datos fueron recabados luego de realizar entrevistas con 60 personas cercanas al mandatario; Trump comienza a ver televisión desde que despierta, a las 5:30 de la mañana.
La programación de la televisión por cable es lo que le proporciona municiones para su guerra de Twitter, además de que, de acuerdo con el personal de la Casa Blanca, los programas de la mañana pueden dictar la agenda presidencial para el resto del día.
El presidente, además, parece encantado cuando ve su nombre en los titulares y por lo contrario, se siente ansioso si no está involucrado en las noticias por televisión.
La investigación destacó que, pese a que personas dentro y fuera de Washington se han convencido de que existe una estrategia detrás de las acciones de Trump, el presidente raras veces tiene un plan más allá de sus obsesiones, impulsos y su instinto de supervivencia.
El diario resaltó que en casi todas las entrevistas, las personas cercanas a Trump cuestionaron su capacidad y su voluntad para diferenciar entre la información errónea de algo que es verdad.
Entre los temas de interés del presidente están Rusia, Hillary Clinton, Barack Obama, los medios de comunicación que difunden noticias falsas y su decepción respecto del procurador general Jeff Sessions.
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