La policía disolvió este jueves una multitudinaria marcha opositora que llegó a La Paz con los cuerpos de víctimas de un choque con fuerzas oficiales, en medio de la discusión en el Congreso de una salida a la crisis en Bolivia mediante nuevas elecciones generales.
Miles de manifestantes descendieron de la vecina ciudad de El Alto con cinco féretros, en protesta por la represión y en repudio al gobierno interino de Jeanine Áñez, que asumió el poder en reemplazo de Evo Morales el 12 de noviembre.
- El martes ocho hombres murieron por heridas de bala en el marco de enfrentamientos con tropas oficiales en inmediaciones de Senkata, una planta de distribución de combustible.
Los choques estallaron después de que los uniformados despejaron la salida de camiones destinados a paliar la escasez de carburante en la capital, donde se multiplican las filas para abastecerse de gasolina y comida a causa de los bloqueos de vías que afectan el suministro en seis de los nueve departamentos.
"¡Justicia, justicia!", clamaron los pobladores de El Alto mientras se abrían paso con los cuerpos hasta La Paz. En su descenso de 15 kilómetros agitaban la bandera 'whipala', símbolo multicolor de los pueblos originarios bolivianos.
Los indígenas aymaras quisieron montar los ataúdes sobre una tanqueta militar en la céntrica Plaza San Francisco. Uno de los féretros alcanzó a ser subido al vehículo y otros podían verse en el suelo después de la estampida que generó el gas lacrimógeno empleado por la policía.
Al menos 20 personas fueron detenidas. "Nos quieren matar y hay libertad para matar, hay orden para que nos maten en El Alto", dijo una mujer que se identificó como Ana Méndez, de 55 años, y quien acompañaba la protesta.
Se dice que con la protesta el grupo trataba de desmentir la versión del Gobierno interino de Áñez que decía que las ocho personas que fallecieron formaban parte de grupos armados.
La policía comenzó a dispersar la marcha y familiares, amigos y compañeros que llevaron los féretros no tuvieron más remedio que dejarlos a mitad de las calles para refugiarse, muchos incluso pidieron ayuda a las puertas de la iglesia por los efectos de los gases. No respetan ni a los muertos se escuchaba entre los gritos de los afectados.
Nuevo llamado al diálogo
El gobierno interino ha negado que las fuerzas de seguridad estén implicadas en la muerte de los manifestantes, en medio de los duros reproches al decreto que expidió en pasados días para eximir de responsabilidad penal a los policías y militares que intentan imponer el orden.
- En un mes de violencia política ya han fallecido 32 bolivianos, al menos 17 de ellos en enfrentamientos con agentes del Estado.
En un video, Áñez lamentó los recientes casos y planteó de nuevo un diálogo.
Nos duele, porque somos un gobierno de paz y por eso pido que nos unamos para reconciliarnos (...) Pongo a disposición el gabinete en pleno para comenzar a dialogar inmediatamente" con apoyo internacional y de la iglesia", dijo Áñez, sin identificar a sus interlocutores.
Ante el estallido social, el Congreso busca apaciguar los ánimos mediante el llamado a elecciones y la anulación del proceso del 20 de octubre.