Comida no bombas, el proyecto que regala comida en Tijuana

Fernando y su equipo cocinan con sabor a reclamo social. Preparan platillos a base de desechos alimenticios y después los regalan en las calles de Tijuana, Baja California, a migrantes, indigentes y personas deportadas.

Con un menú cien por ciento vegano, el colectivo independiente integrado por voluntarios, forman parte del proyecto mundial llamado Food, no bombs, es decir, "Comida, no bombas".

De lunes a jueves, en punto de las cinco de la tarde, el edificio Enclave Caracol abre sus puertas, para iniciar con la protesta. Es así que regalan un plato de comida a todo aquél que lo necesite.

"Se hace el viaje en bicicleta, para traer los alimentos que se juntaron a las instalaciones del Enclave Caracol. Y aquí hacemos una cena gratis para 150 personas". Fernando Plata, uno de los voluntarios del proyecto mundial, que ahora se encuentra en Tijuana

Recorren las calles y mercados locales en busca de desperdicios orgánicos como chiles y cebollas. Todos los días recolectan alrededor de 70 kilos de residuos. Lo que para algunos podría ser considerado basura, para otros, representa el único alimento del día.

Comensales como Eduardo, quien fue deportado de Houston,Texas, afirman que la labor social que brindan los jóvenes ayuda a gente necesitada.

Para mí la comida significa esperanza, ante tanta agresividad que existe en Tijuana

A cinco años de haber traído el proyecto a esta ciudad, los miembros señalan que la meta de su protesta, es que la comida sea libre para todos.

Food, no bombs es una idea nacida en Estados Unidos a principios de los años ochenta, donde un grupo de norteamericanos comenzó a compartir comida para manifestar su desacuerdo, en contra del gobierno por la inversión financiera,  en la industria nuclear. 

Qué opinas