El fenómeno de los payasos terroríficos, diabólicos o siniestros que asustan a las personas en las calles, migró de Estados Unidos a México desde hace algunas semanas. En estados como Nuevo León, Baja California, Veracruz, Yucatán, Chiapas, Querétaro, entre otros ya se han presentado casos de personas disfrazadas de payasos que asustan en calles y parques, incluso de delincuentes que usan la máscara de estos personajes a la hora de cometer sus atracos.
La moda que se ha extendido principalmente a través de las redes sociales, ha generado que se asocie la figura de estos payasos siniestros a la de los payasos profesionales, los que van a las fiestas o se presentan en eventos, el payaso común de nariz roja, concursos y chistes blancos. Es por eso que la asociación "Hermandad de Payasos Latinos" que agrupa a más de 14 países denuncia y rechaza estos actos e invitan a no desconfiar de ellos, ni a confundirlos:
"La gran diferencia que tenemos nosotros los verdaderos payasos con ellos, es que ellos se disfrazan nosotros nos caracterizamos, nos maquillamos y usamos vestuario, ellos usan una máscara de látex y un traje que no es de payaso." Jaime Segovia, el payaso "Pingo", vocero de la asociación.
Además del vestuario y maquillaje hay otras cosas que los distinguen como la capacitación continua. Un payaso profesional acude a cursos, talleres y convenciones. Durante la más reciente XXI Convención Internacional de Payasos "La Feria de la Risa", se capacitaron para prevenir la violencia hacia el gremio; e invitaron al público a no generalizar ni confundirlos con personas que emulan su figura para espantar, porque estos no son payasos, un payaso profesional se dedica a hacer reír no a aterrorizar.
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