Eduardo accedió a tener cibersexo con una desconocida que encontró en Tinder, una aplicación para conocer gente y tener citas. Minutos más tarde ésta lo amenazó con mostrar el video a todos sus contactos si no le depositaba 3 mil dólares.
Salvador creyó haber encontrado una persona con quien compartir intereses en común y pasar un buen rato. La conoció en Grindr, una red para tener encuentros gay. Ambos compartieron algunas fotos y en cuestión de horas lo invitó a su casa. Tras un encuentro sexual, su cita le pidió dinero a cambio de no hacer un escándalo afuera de su casa.
Encontrar el amor a través de las redes sociales cada vez es más común, ya que estas herramientas facilitan la búsqueda de perfiles específicos y con gustos afines. Pero conforme aumenta su popularidad, también crece el número de extorsiones como la que vivieron Eduardo y Salvador.
La Policía de Ciberdelincuencia Preventiva (PCP) de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México tiene ubicadas estas formas de operación; sin embargo, en un año apenas recibe entre 10 y 15 quejas por este tipo de delitos, ya que la vergüenza y el miedo a ser exhibidos impide que las víctimas denuncien.
No obstante, el Ingeniero Juan Carlos Montesinos, director de la PCP, recomienda acercarse a la autoridad para recibir orientación y eliminar de las redes el material inapropiado, pero sobre todo, hace un llamado para no compartir datos personales ni imágenes privadas, ya que además de la extorsión se tiene conocimiento de delitos más graves como el secuestro o la trata de personas.