Soy papá de mi papá

Foto: Daniela Vega

Atenciones, caricias, cuidados, tiempo y bienestar son tan solo una pequeña muestra del amor de un padre a un hijo. Sin embargo, el tiempo no pasa en vano, los años causan estragos y cambian, mientras avanzan, los papeles en el núcleo familiar.

A Arturo  y a sus hermanos la caída de Don Rafael los tomó por sorpresa. Fue hasta ese momento que se dieron cuenta de que las fuerzas, la movilidad y la agilidad de su padre no eran las mismas y que necesitaba cuidados constantes.

Apoyo al caminar, compañía cuando come, atención durante la toma de medicamentos son solo algunas de las nuevas actividades de Arturo, quien cuida a su padre con la misma paciencia que requiere un niño.

De acuerdo con el XXVIII Censo de Población y Vivienda 2010 del INEGI, en México hay 19 millones de padres. Alrededor del 7% tiene alguna limitación física o mental.

Don Rafael agradece a diario el apoyo y los cuidados de su familia, pues asegura que ha avanzado en su recuperación y ha podido seguir con sus actividades aunque ahora las realiza con un poco más de lentitud.

Por su parte, Arturo asegura que a los padres se les debe escuchar, reconocer, acompañar y hay que mantenerlos en movimiento para que se sientan activos. Da gracias por tener oportunidad de ser papá de su papá y regresarle un poco de todo lo que algún día recibió.

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