Aldea La Mora se alista para despedir a los LeBarón víctimas de ataque

En La Mora mataron una vaca para alimentar a quienes asisten a los funerales de la familia LeBarón. Foto: AP

Bajo fuertes medidas de seguridad, la remota comunidad agrícola de La Mora se prepara para celebrar este jueves los primeros funerales por algunos de los nueve integrantes de la familia LeBarón, tres mujeres y seis niños, asesinados por pistoleros de un cartel del narcotráfico.

Docenas de camionetas, muchas de ellas con matrícula de Estados Unidos de lugares tan lejanos como Dakota del Norte, recorrieron carreteras de tierra y piedras por el desierto, en áridas praderas y montañas cubiertas de pinos ayer miércoles mientras la noche caía sobre esta aldea La Mora de alrededor de 300 habitantes.

Muchos de sus residentes tienen doble nacionalidad de Estados Unidos y México y se consideran mormones aunque no están afiliados a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Se espera que al menos mil visitantes duerman en la localidad antes de los entierros de este jueves, ya sea en el piso de las alrededor de 30 viviendas existentes o en las tiendas de campaña que ellos mismos traen. Al menos una vaca fue sacrificada para ayudar a alimentar a quienes llegaron para despedir a los LeBarón, además de a las docenas de soldados mexicanos que custodian la entrada a La Mora.

Steven Langford, integrante de la familia que fue alcalde de la aldea de 2015 a 2018, prevé que los asesinatos de los LeBarón tengan un importante impacto en la comunidad. 

"Esto fue una masacre, 100% una masacre", dijo Langford, que perdió a una hermana, Christina Langford, en la emboscada. "No sé cómo entra en la conciencia de nadie hacer algo tan horrible.

El país está sufriendo mucho por la violencia, dijo William Stubbs, un productor de nueces y alfalfa que es miembro de un comité de seguridad de la Colonia LeBarón, una localidad con una población mayoritariamente estadounidense. La ves por todas partes. Y no está mejorando. Está empeorando.

La violencia en zonas rurales como los estados norteños de Chihuahua y Sonora llevó hace tiempo a sitios como la Colonia LeBarón a formar sus propios cuerpos de defensa civil.

Stubbs dijo que tras el asesinato del activista contra el crimen Benjamín LeBarón en 2009, los residentes se turnaron todas las noches durante dos años para tomar posiciones con binoculares de alta potencia y vigilar desde la L del letrero de LeBarón, que está en una ladera sobre el poblado La Mora.

Desde entonces, comentó, los carteles han abandonado LeBarón y el municipio de Galeana, a unos pocos kilómetros al norte. Pero dijo que han visto cómo estas bandas ganaron fuerza en las últimas dos décadas y cómo las comunidades de montaña próximas sufren la violencia y extorsión de las organizaciones de narcotraficantes.

 

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