Alex busca a familia biológica desde hace 30 años; aquí su historia

Asegura que no guarda rencor y que quiere conocer a sus reales progenitores. Foto: Facebook @Alexhdz828.

Hace 36 años, la vida de Alejandro dio una vuelta de 180 grados: fue abandonado en la estación de trenes de Monterrey, Nuevo León. Con un año de edad, un hombre lo dejó a su suerte en manos de un transeúnte para después emprender la huida, según la versión oficial de 1983.

  • A más de tres décadas de aquel suceso, Alejandro Hernández emprendió una tortuosa búsqueda para dar con su familia biológica, hasta el momento sin mucho éxito

Valiéndose de las redes sociales ha ido contando poco a poco su historia y una fotografía con la esperanza de dar con el paradero de las personas que le dieron vida.

Alex, la historia de un niño ¿abandonado?

La historia comenzó a desmoronarse frente a Alejandro. Las características de su pronta adopción le hicieron cuestionar a las autoridades del centro Capullos en Monterrey, en donde estuvo solo tres meses antes de ser dado a la familia Hernández Arredondo.

Toda la información de quienes estuvimos esos años ahí ya había sido desechada. ¿Cómo es posible que una persona que estuvo ahí internada y que por medio de la adopción pasó a ser otra persona, se elimine de la faz de la tierra así nomás?.

Otra de las cosas que le asaltan, y que escribió en el blog que inició tras la búsqueda, es el tiempo de su adopción. En tres meses él ya tenía mucho amor y una familia con la cual permanecer.

Una adopción, cuando menos, llevaba 8 meses (dicho por la persona con la que platiqué) y puede llegar a tardar más del año y medio, según se desarrollen las investigaciones".

Además, la primera valoración médica levantada por las autoridades de aquel momento, lo encontraron en buen estado de salud, por lo que no descarta que se pueda tratar de un caso de robo de menores.

La incansable búsqueda

Con el deseo de encontrar a su familia biológica, Alejandro comenzó este camino hace 18 años. Recientemente, valiéndose de redes sociales, Hernández Arredondo ha hecho circular una imagen suya de cuando era niño con la esperanza de que, si fuera el caso de robo, su familia biológica lo reconozca y lo busque.

Pese a la negativa de su madre adoptiva de buscar a quienes le dieron la vida, él anda en el camino de buscar esa aguja en el pajar que le ha llevado a sacar el ADN paterno; su proyecto se redujo al noreste de México y su frontera con Estados Unidos.

  • Ha comparado su información genética con personas que buscan, como él, completar su familia con un pariente ausente por diversas causas

Como parte del apoyo que busca en la difusión de su imagen con la esperanza de que alguien lo reconozca, abrió una solicitud en Change.org. Él sólo pide rencontrarse con aquellos que lo trajeron al mundo; nunca le ha sido claro la razón de la separación familiar.

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