En México 81 millones de personas tienen acceso a un celular y de estos, el 74.8% adquirieron un teléfono inteligente, de acuerdo a una encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Lo anterior significa que el número de usuarios de los smartphones va en ascenso. Ante este panorama diversos organismos internacionales han investigado si las ondas de radiofrecuencia que emiten estos dispositivos ponen en riesgo la salud, pero hasta ahora, la respuesta ha sido ambigua.
Por su parte, la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer (ACS, por sus siglas en inglés) considera que las ondas de radiofrecuencia "no son lo suficientemente fuertes como para causar cáncer".
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) está en constante revisión de dicho tema, incluso categorizó la energía de radiofrecuencia dentro del Grupo 2B, lo que significa que podría ser "carcinogénica para los humanos".
Aunque la comunidad científica no ha llegado a un consenso sobre los riesgos del uso del teléfono celular, la investigación sugiere que el uso a largo plazo puede afectar la salud humana, por ello el Departamento de Salud Pública de California (CDPH) publicó una serie de medidas para las personas que desean disminuir su exposición a la energía de radiofrecuencia emitida por los teléfonos celulares.
"Sabemos que los pasos simples, como no guardar el teléfono en el bolsillo y alejarlo de la cama por la noche, pueden ayudar a reducir la exposición de niños y adultos". Dra. Karen Smith, directora del CDPH
Medidas de precaución
- Mantener el teléfono alejado del cuerpo.
- Reducir el uso del teléfono celular cuando la señal es débil.
- Reducir el uso de teléfonos celulares para transmitir audio o video, o descargar o cargar archivos de gran tamaño.
- Mantener el teléfono lejos de la cama por la noche.
- Quitar los auriculares cuando no está en una llamada.
- Evitar productos que afirman bloquear la energía de radiofrecuencia.