El gobierno de México expresó su rechazo a la decisión de autoridades estadounidenses de no presentar cargos penales en contra de los agentes responsables de la muerte del mexicano Anastasio Hernández Rojas, quien falleció como resultado del uso excesivo de la de la fuerza el 28 de mayo de 2010, en San Ysidro, California.
Esta decisión, anunciada este viernes por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, se toma a más de cinco años de ocurridos los hechos violentos.
El mexicano fue asesinado por agentes de la Patrulla Fronteriza, quienes le aplicaron choques eléctricos en repetidas ocasiones y lo golpearon, no obstante que la víctima se encontraba en el suelo, sometida y desarmada, y no representaba un peligro para los más de ocho agentes que se encontraban en el lugar.
En un comunicado, la Secretaría de Relaciones Exteriores señaló que la determinación de las autoridades estadounidenses se contrapone al espíritu de colaboración impulsado por los gobiernos de ambos países.
"La decisión genera la percepción de que las acciones indebidas de los oficiales encargados del cumplimiento de la ley quedan impunes".