Los ancestros del campo se extinguen

Los parientes silvestres de cultivo son una pieza clave para mejorar la agricultura, porque las mismas características que favorecen su supervivencia son las que pueden transferirse a los cultivos para los alimentos u otros productos.

Así lo establecen los resultados del proyecto Salvaguardar a los parientes silvestres de cultivos mesoamericanos, presentado por José Sarukhán, coordinador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), y Fernando de la Torre, director general del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAD).

Los parientes silvestres de cultivos son las plantas que son ancestros de los cultivos de los cuales actualmente se alimentan las personas, así como otras plantas que tienen algún grado de relación genética con ellos.

En un esfuerzo internacional, la Conabio busca preservar 226 especies mesoamericanas amenazados por herbicidas y humanos, algunas tan importantes como el maíz también papas, tomates verdes, incluso vainilla

En total, señala el estudio, 34 % de las especies y subespecies evaluadas se encuentran en las categorías de mayor riesgo de extinción (en peligro crítico, en peligro y vulnerable).

  • El proyecto tiene el objetivo de incrementar el conocimiento sobre los parientes silvestres de nueve grupos de plantas cultivadas de importancia mundial presentes en Mesoamérica y enfocar esfuerzos para su conservación.

 

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