Mitos y realidades de la Revolución Mexicana

Te contamos los mitos y realidades de la Revolución Mexicana más sobresalientes. Foto: INEHRM

Este 20 de noviembre se cumplirán 109 años del inicio de una de las gestas más importantes en México, la Revolución Mexicana, misma que cambió el destino de toda la nación, y como suele suceder en los episodios más relevantes de la historia, existe una serie de mitos y realidades que te presentamos a continuación.

Mitos y realidades: el número de muertos que dejó la Revolución Mexicana

La Revolución Mexicana es catalogada como una de las guerras más sanguinarias de la historia mundial, se calcula que dejó un millón y medio de muertos. Sin embargo, ese dato es falaz, explicó el historiador Javier Garciadiego.

El especialista explicó que ese número de muertos es una cifra tétrica, pero errónea si se piensa que fueron decesos causados en la guerra, ya que la mayoría de muertos fueron causados por la epidemia de influenza de 1918, la hambruna y otras enfermedades.

Mitos y realidades: una Revolución Mexicana con fecha y hora

El Plan de San Luis fue un promulgado el 5 de octubre de 1910 por Francisco I. Madero, líder del movimiento revolucionario mexicano y candidato presidencial por el Partido Nacional Antirreeleccionista, bajo el lema Sufragio efectivo no reelección. 

En este Plan se llamó a tomar las armas para el domingo 20 de noviembre a las 6:00 de la tarde, por lo que la Revolución Mexicana es el único movimiento político con fecha y hora exactas.

Aunque se redactó en San Antonio, Texas, fue fechado el 10 de Noviembre, último día que Madero estuvo preso en San Luis Potosí, a fin de evitar conflictos con el gobierno de los Estados Unidos.

En respuesta a la proclamación de Madero, a partir de noviembre de 1910 comenzaron a surgir levantamientos armados a lo largo de México, que finalmente culminaron con la renuncia de Porfirio Díaz.

Mitos y realidades: tras la Revolución Mexicana, un presidente espiritista 

Francisco I. Madero era muy creyente de los espíritus, hasta publicaba artículos firmados con pseudónimos, pues según el historiador Alejandro Rosas, Madero había sido marcado por el espiritismo desde 1891, cuando conoció casualmente las obras de Allan Kardec, padre de la doctrina espiritista. 

Este icono de la Revolución Mexicana comenzó formalmente su profesión de fe cuando tenía 30 años y regresó de París, donde le había sido revelada en los círculos espiritistas parisinos: su misión de médium escribiente.  

Madero hizo una colección de diarios de comunicaciones dictadas durante las sesiones espiritistas realizadas por la Sociedad de Estudios Psíquicos de San Pedro, fundada y presidida por el propio revolucionario. Curiosamente, en todas sus reuniones cada idea, cada párrafo, cada línea era escrita por la mano de Madero cuando se encontraba en trance, escribió el historiador Alejandro Rosas.

Mitos y realidades: el espía infiltrado en la Revolución Mexicana

Durante la Revolución Mexicana, hubo un ciudadano alemán cuyo trabajo fue clave y pudo cambiar la historia de este país, su nombre fue Félix A. Sommerfeld, un agente de inteligencia alemán que se convirtió en uno de los aliados más importantes de Francisco I. Madero.

Según el libro de Heribert Von Feilitzsch, Sommerfeld fue una pieza clave en la historia de México, fue el confidente personal de Madero desde poco antes de que fuera electo presidente. 

Mientras trabajaba para Madero,  gracias a sus habilidades organizativas y la ayuda que le brindaron sus contactos en las altas esferas del gobierno estadounidense, produjeron una notable red de agentes a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos que después aprovecharía para unirse a la lucha contra Victoriano Huerta, cuando este asesinó a Madero y usurpó la presidencia en un sangriento golpe de estado.

 

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