El pasado lunes por la noche, el joven Juan Luis Lagunas Rosales, conocido en las redes sociales como "El Pirata de Culiacán", fue asesinado a balazos en un bar de Jalisco. Su muerte abre nuevamente el debate de la participación de menores de edad en el crimen organizado en México.
Si bien es cierto que "El Pirata de Culiacán" se volvió famoso por publicar videos en estado alcohólico o consumiendo drogas, también se caracterizó por promover la narcocultura a través de las redes sociales.
Nunca se le asoció abiertamente con un cártel de la droga ni se le vinculó con ningún delito; sin embargo, con los contenidos que compartía, ensalzaba al narcotráfico y la violencia que gira en torno a él. Este personaje no es el primer joven que es atraído por el crimen organizado.
Antes de él hubo otros más que terminaron con la misma suerte o en la cárcel a una corta edad por sus vínculos con cárteles de la droga o por cometer delitos graves:
- El nombre de Édgar Jiménez Lugo, apodado El Ponchis, recorrió todo México y llegó a otras partes del mundo en 2010, cuando fue detenido a la edad de tan sólo 14 años por elementos del Ejército Mexicano.
Fue el primer niño sicario que cimbró a todo el país con su historia. De padres drogadictos, comenzó a trabajar para el cártel del Pacífico Sur a los 12 años y, tras su detención, admitió haber asesinado a 4 personas. Fue liberado en 2013 y repatriado a Estados Unidos, país en que nació.
- La Perla (no se informó plenamente su identidad) tenía 13 años cuando fue capturada por la policía en 2015. Como era menor de edad, fue liberada y puesta en custodia con su madre. Trabajaba para el grupo delictivo Los Zetas, quienes le pagaban 8,000 pesos mensuales.
- María Celeste fue otra joven reclutada por Los Zetas cuando tenía 16 años. Al ser capturada, declaró ser sicaria de este grupo delictivo, y dijo saber manejar armas como AK-47, AR-15 y pistolas de diferente calibre.
- Juan Casper se involucró en hechos delictivos desde los 12 años. Comenzó robando autos, pero tiempo después participaba en secuestros y posteriormente se convirtió en homicida, delito por el que fue capturado a los 15 años. Su madre y su hermano fueron asesinados posteriormente, mientras él cumplía una condena en un centro de reclusión para menores en Chihuahua.
Los jóvenes se han convertido en blanco fácil para el crimen organizado. Todos con un común denominador: provienen de familias pobres o tienen problemas familiares y pocas oportunidades laborales, por lo que ven en los cárteles de droga una opción de trabajo y de obtener ingresos que de otra manera no podrían ganar.
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