Violencia obstétrica: conoce la otra cara del maltrato hacia las mujeres

La violencia obstétrica fue reconocida formalmente en el año 2007 por Venezuela. Foto: Conavim

En México, mucho se habla de la violencia ejercida en contra de la mujer, la cual comúnmente se aborda desde el plano laboral, sentimental, económico, físico y sexual, sin embargo existe otra cara menos conocida, pero no por eso menos ejercida. Se trata de la violencia obstétrica

Cuando acudes al médico por cuestiones de salud sexual o a una consulta durante tu embarazo, has escuchado por parte de enfermeros o doctores las siguientes frases: 

¿Así gritaba cuando se lo hicieron?" o "cuándo se lo hicieron, ahí sí abrió las piernas, ¿no?"

Estos son solo un par de ejemplos de cómo se ejerce la violencia obstétrica, la cual, según la Universidad Autónoma de México (UNAM) fue definida formalmente en Venezuela durante el año 2007. 

Como no se percibe como una afectación a los derechos humanos, el maltrato u omisiones en la atención a su salud podría ser mayor, dice la doctora Angélica Ramírez Elías, de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO) de la UNAM.

¿Qué comportamientos abarca la violencia obstétrica? 

La violencia obstétrica incluye gritos, ofensas, amenazas, omisiones y castigos, así como procedimientos autoritarios para imponer un método anticonceptivo a las mujeres o para realizar una cesárea, a los cuales se ha llamado "atención no autorizada", apuntan los doctores Roberto Castro y Sonia Frías, del Centro Regional Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM, UNAM), autores de Violencia obstétrica en México: resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2016, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). 

Básicamente, la violencia obstétrica es la apropiación del cuerpo y procesos reproductivos de las mujeres por el personal, que se expresa en un trato deshumanizado, en un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, trayendo consigo pérdida de autonomía y capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad, impactando negativamente en la calidad de vida de las mujeres. 

Violencia obstétrica en números 

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2016, de las mujeres embarazadas: 

  • El 11.2% sufrió gritos y regaños durante el parto 
  • El 10.3 % dijo que el personal se tardó "mucho en atenderla porque decían que gritaba o se quejaba mucho" 
  • El 9.9% fue ignorada cuando preguntaba sobre el parto o su bebé 
  • El 9.2% fue obligada a permanecer en una posición incómoda o molesta 
  • El 7% sufrió ofensas y humillaciones del personal 
  • Casi el 5% de las mujeres señaló que el personal se negó a anestesiarla o ampliar el bloqueo para disminuir el dolor, sin dar explicaciones 
  • Al 3.2%, tras el parto, le impidieron ver, cargar o amamantar a su bebé, durante más de 5 horas y sin causa alguna o sin que les informaran qué causó la tardanza 

Esta encuesta del INEGI también arrojó que: 

  • El 9.2% fue presionada para que le pusieran un dispositivo o la operaran para ya no tener hijos 
  • Al 4.2% se les realizó alguno de estos procedimientos sin avisarles o sin su consentimiento 
  • El 1.7% reportó haber sido obligada a firmar un papel sin conocer de qué se trataba 
  • Al 10.6% de las mujeres que tuvieron cesárea, no se les informó con claridad que era necesaria 
  • El 9.6% no otorgó su autorización para una cesárea 

Los estados en los que más se ejerce la violencia obstétrica

En violencia y maltrato, la Ciudad de México tiene la más alta proporción de reportes con un 30.5%. 

Le siguen un grupo con 25% en Estado de México, Querétaro, Aguascalientes, Coahuila, Tlaxcala, Yucatán, Jalisco, Morelos e Hidalgo. 

Con más bajo índice, pero aún muy elevaba prevalencia se encuentran: Chihuahua, San Luis Potosí, Guerrero, Sonora, Nuevo León y Campeche con 20%. 

  • Chiapas es la única entidad por debajo del 15%. 

En atención no autorizada, los estados que ocupan los primeros lugares de violencia obstétrica son Tlaxcala, San Luis Potosí, Guanajuato, Puebla y Veracruz, con 20%. 

Por debajo del 15% se ubican Coahuila, Quintana Roo, Colima, Guerrero, Nuevo León, Durango, Zacatecas, Nayarit, Sinaloa, Chihuahua. 

  • Con prevalencia menor a 10%, se encuentra Chiapas.

En colocación de DIU o esterilización sin consentimiento, los estados con las más alta prevalencia son para Baja California y Puebla (6.7%), seguidas de Veracruz (6.5%) y Tabasco, Estado de México y San Luis Potosí (arriba de 5%). 

Con prevalencias más bajas están Chiapas, Colima, Campeche y Aguascalientes. 

  • Chihuahua es la única con prevalencia menor a 2%.

Mujeres pobres y sin pareja, más propensas a sufrir violencia obstétrica 

La ENDIREH 2016 arroja que la violencia obstétrica se presenta con más frecuencia en mujeres sin pareja que en mujeres unidas o casadas. 

La atención no autorizada se da sobre todo en solteras, con promedio de edad de 27.7 años, y no parece estar asociada con los años de escolaridad. 

También hay mayor prevalencia tanto de abuso y violencia como de atención no autorizada en la medida que disminuyen de nivel socioeconómico (alto, medio y bajo), y es ligeramente más alta en quienes promedian 10 años de escolaridad que en las de 10.1 años. 

Instituciones médicas que más violencia obstétrica ejercen contra mujeres

De acuerdo con la encuesta del INEGI sobre sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016, el abuso y violencia se presenta con más frecuencia en instituciones de salud estatal (29%) seguidas del IMSS (28.7%) y Centros de Salud (26.5%). 

La atención no consentida ocurre más en el IMSS (22.7%), seguido de instituciones estatales de salud (18.7%) y Centro de salud (16.7%)

Los resultados de la ENDIREH 2016, para Castro y Frías, indican que la violencia obstétrica la han padecido millones de mujeres en México, tanto en instituciones públicas como privadas de salud. 

Cabe destacar que la violencia en este ambiente no solo es ejercida en mujeres embarazadas o en labor de parto, en redes sociales circulan testimonios de mujeres que han sido vulneradas cuando acuden a solicitar informes para una interrupción legal del embarazo o cuando asisten a realizarse estudios ginecológicos.