Paso a paso: así se fabrican los dólares estadounidenses

Antes de salir a circulación, los dólares estadounidenses deben pasar por un largo y riguroso proceso. Foto: Pixabay.

¿Sabes dónde se imprimen los dólares estadounidenses? Sólo existen dos lugares: una fábrica está ubicada Washington DC y otra en el este de Forth Worth, Texas

Antes de salir a circulación, los billetes verdes deben pasar por un largo y riguroso proceso: 

Primero se les imprimen las tintas iniciales, se curan y se ponen a secar en una cámara de seguridad por tres días. Las prensas que se usa en el proceso tienen la capacidad de imprimir 10 mil hojas por hora; cada hoja contiene 32 billetes, por lo que, en un sólo día, se fabrica una cantidad millonaria de dólares estadounidenses.

La selección de los nuevos dólares estadounidenses

En sólo tres décimas de segundo, una computadora es la que decide si la hoja con nuevos billetes es aceptada o rechazada, los dólares estadounidenses buenos se conservan, los inservibles se trituran.

Los dólares estadounidenses no pueden ser elaborados de cualquier material; a diferencia del papel común, que está hecho de pulpa de madera, están fabricados de un papel 75% algodón y 25% de lino.

Se revisa hasta el último detalle

Para dar el visto bueno de todos y cada uno de los billetes, expertos examinadores revisan que todo este perfecto; de ser así, pasan al protocolo más importante: imprimirles el sello negro de la Reserva Federal y el verde del Departamento del Tesoro. Posterior a ello, se les designa un número de serie.

  • De ahí, a la guillotina: se cortan hasta tener billetes individuales para envolverlos de 100 en 100 en una banda de papel.

A prueba de falsificadores 

Gracias a las nuevas tecnologías, la impresión de billetes y las medidas de seguridad han evolucionado en los últimos 30 años. Cualquier dólar estadounidense cuenta con fibras rojas y azules que son imperceptibles, un hilo de seguridad vertical y marcas de agua.  

  • Lo más importante: están diseñados para evitar la falsificación. Un grupo de expertos realizan modificaciones constantes para mejorar los códigos de seguridad y complicarle las cosas a los delincuentes.

El paso final antes de ser almacenados y distribuidos

Aún no están listos, falta un revisión más que consiste en observarlos con luces de led para asegurarse de que todo esté en perfectas condiciones. Una vez terminado el proceso, se trasladan para su resguardo a la bóveda de la Reserva Federal de Estados Unidos y su posterior distribución.

 

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