La literatura, el arte y la Iglesia han representado al Dios cristiano históricamente como un venerable anciano, sabio, barbudo y blanco. Sin embargo, pocas veces se les ha preguntado a las personas comunes cómo imaginan el rostro de Dios.
Con esa idea en mente, un grupo de psicólogos de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, Estados Unidos, realizó un estudio entre 551 personas cristianas para reconstruir la cara de Dios a partir de las imágenes que ellos se hacían de su deidad.
Los resultados fueron sorprendentes, pues la gente imaginó a Dios más joven y menos caucásico de lo que sugieren las representaciones famosas, como la de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, una de las más famosas del mundo.
Asimismo, hubo diferencias entre los mismos cristianos, pues de acuerdo con sus ideologías políticas, algunos lo imaginaban más o menos joven y con distintas características.
Por ejemplo, las personas con una ideología política liberal pensaron en Dios como alguien más femenino, joven, amoroso y de origen américo-africano.
Por otra parte, quienes se consideraban más conservadores, lo imaginaron como alguien un poco más viejo, inteligente y poderoso.
Al final el estudio concluye que incluso entre personas con la misma nacionalidad (estadounidense), y las mismas creencias religiosas, existen diferencias de opiniones en torno a la apariencia de Dios.
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