Cayó sobre mar meteoro más poderoso que bomba de Hiroshima

El escenario de este suceso fue el mar de Bering, en el océano Pacífico, entre Rusia y Alaska. Foto: AFP / Archivo.

Una bola de fuego de diez metros de diámetro, proveniente del espacio exterior, cayó la noche del martes 18 de diciembre en el mar de Bering, una parte del Océano Pacífico entre Rusia y Alaska, lo que es el segundo mayor impacto registrado desde el meteoro que explotó en la región rusa de Chelyabinsk en 2013.

  • Sin embargo, el objeto arribó a un lugar tan remoto y aislado que nadie lo vio
  • El meteoro liberó diez veces más energía que la bomba de Hiroshima, en 1945

Según la revista internacional de divulgación científica New Scientist, Peter Brown, de la Universidad de Western Ontario, Canadá, detectó el meteoro en mediciones recogidas por al menos 16 estaciones de monitoreo infrasónicas en todo el mundo. Según sus estimaciones, el cuerpo tenía una masa de mil 400 toneladas.

  • Las estaciones infrasónicas detectan ondas acústicas de baja frecuencia inaudibles para los humanos
  • Estas estaciones se establecieron durante la Guerra Fría para detectar explosiones nucleares

Más expertos

Alan Fitzsimmons, de la Universidad de Queen en Belfast, Reino Unido, aseguró que la explosión en el mar de Bering también fue detectada por los monitores del Gobierno de Estados Unidos (EU): detectaron la radiación electromagnética en forma de luz infrarroja y visible.

Cuando ves estas ondas infrasónicas, inmediatamente sabes que ha habido un impacto o una gran liberación de energía.

Expertos de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) de EU estiman que en la Tierra caen mucho más meteoros de los que suponemos, sólo que no nos enteramos porque la mayoría arriba a lo largo y ancho de los océanos, dificultando su avistamiento y ubicación.

El monitoreo de asteroides también puede verse afectado por la basura espacial, en particular el aumento en el número de satélites a medida que los satélites en miniatura están disponibles comercialmente. New Scientist.

Qué opinas