Nueva Zelanda tiene una especial conexión con el interior de la Tierra: estudio

Nueva Zelanda está sobre lo que una vez fue una fuerza tan poderosa para el desarrollo de la Tierra, afirma la investigación. Foto: Reuters

Nueva Zelanda se encuentra ubicada sobre un antiguo tubo de lava que conecta al interior de la Tierra y la superficie, así lo reveló una investigación realizada por geofísicos de la Victoria University of Wellington.

Esta conclusión se obtuvo gracias a las velocidades de las ondas sísmicas, ya que han revelado parte de una antigua "superpluma" volcánica debajo de Nueva Zelanda, considerada la mayor del mundo.

La investigación estuvo a cargo de los profesores Tim Stern y Simon Lamb e indica que la Isla Norte (Nueva Zelanda), se encuentra en parte de la "mayor descarga volcánica" del planeta, creada por un afloramiento en las profundidades del interior de la Tierra.

¿Cómo se creó esta superpluma?

Los datos de la investigación indican que esto ocurrió hace 120 millones de años, cuando una columna gigante de roca caliente se separó del límite del manto central, a 3 mil kilómetros debajo de la superficie de la Tierra, y se elevó rápidamente a la superficie como una "superpluma".

El artículo que aborda la investigación puede ser consultado en la revista especializada Science Advances, en ella, los investigadores afirman que la antigua "superpluma" conectó el interior profundo de la Tierra con la superficie del planeta.

¿Qué dice el artículo?

En la década de 1970, los geofísicos propusieron que el manto de la Tierra experimentaba un movimiento agitador, más bien como un tubo de lava y formaciones calientes de roca flotante se alzaron como columnas desde el núcleo de la Tierra.

El derretimiento de esta roca cerca de la superficie podría ser la causa de un volcanismo prolífico, como el observado en Islandia o Hawai.

Incluso en el pasado geológico se han producido vertidos volcánicos más grandes, de los cuales el mayor conocido se produjo en el Pacífico sudoccidental en el período Cretácico durante la época de los dinosaurios, formando una meseta volcánica submarina del tamaño de un continente.

Posteriormente, el movimiento de las placas tectónicas rompió esta meseta, y un fragmento, que hoy forma la meseta Hikurangi, se alejó hacia el sur y ahora subyace en la Isla Norte y también en el océano poco profundo en alta mar", se puede leer en el artículo publicado por la revista Science Advances.

Ondas sísmicas, la clave para llegar a esta conclusión

El trabajo de los investigadores se centró en estudiar la velocidad de las ondas sísmicas a través de estas capas de roca para determinar sus orígenes y características.

La observación clave en el nuevo estudio es que las "ondas P" de presión sísmica, efectivamente ondas de sonido, desencadenadas por terremotos o explosiones artificiales, viajan a través de las rocas del manto debajo de la meseta de Hikurangi mucho más rápido de lo que se observa debajo de la mayor parte del fondo del mar, alcanzando velocidades de 9 kilómetros por segundo ".

Una característica peculiar de estas altas velocidades es que son igualmente altas para las vibraciones sísmicas que viajan en todas las direcciones horizontales, pero mucho más bajas para las vibraciones que viajan verticalmente hacia arriba".

Esa diferencia entre la velocidad vertical y horizontal permitió al Profesor Stern y al Profesor Asociado Lamb unir las rocas de la Meseta Hikurangi con las de la Meseta Manihiki al norte de Samoa y la Meseta Ontong-Java al norte de las Islas Salomón, que tienen las mismas características de velocidad. Eso demostró que todos eran parte de la misma superpluma.

Un flujo volcánico de más de 2 mil km

La investigación reveló que estas mesetas estuvieron conectadas alguna vez, formando el mayor flujo volcánico del planeta en una región de más de 2000 kilómetros de diámetro.

El Profesor Lamb  afirma que fue una sorpresa que el "flujo predicho para una cabeza de superpluma gigante en forma de hongo produciría en las rocas del manto exactamente estas velocidades muy altas y esta distribución de velocidad peculiar".

Según el estudio, la velocidad volcánica asociada pudo haber jugado un papel importante en la historia de nuestro planeta, influyendo en el clima y también en la evolución de la vida al desencadenar extinciones masivas.

Los expertos reflexiona sobre como Nueva Zelanda pueda estar sobre lo que una vez fue una fuerza tan poderosa para el desarrollo de la Tierra.

¿Qué son las plumas mantélicas?

Se les conoce como plumas mantélicas o plumas de manto a las columnas estrechas de material proveniente del manto que se supone existen debajo de la corteza terrestre, lo que produce "puntos calientes" y lugares con vulcanismo anómalo.

La existencia de plumas de manto fue propuesta por el geofísico estadounidense William Jason Morgan para explicar la aparición de puntos calientes.