Noroña pasó de ser un buen orador a un provocador; exhibió soberbia
La analista Alejandra Cullen no dejó pasar la polémica pelea en la Permanente entre Alejandro “Alito” Moreno y Gerardo Fernández Noroña, y subrayó que más allá del golpe, lo que se exhibió fue la soberbia del todavía presidente de la Mesa Directiva del Senado.
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Noroña pasó de ser un buen orador a un provocador
Para la analista, lo ocurrido en el Senado refleja un deterioro en la conducta de Fernández Noroña, quien según ella pasó de ser un parlamentario firme a un legislador confrontativo.
“Noroña ha ido deteriorando su actitud, se ha ido volviendo cada vez más burdo, porque una cosa es tener posiciones ideológicas y otra la soberbia, la grosería hacia sus pares.”
La analista recalcó que la obligación de un presidente de la Mesa Directiva es garantizar el derecho de palabra a todos los legisladores, algo que no cumplió Fernández Noroña.
“Al final, independientemente del partido del que vengan, él está obligado a ceder la palabra a todos y cada uno de los senadores, y lo único que ha hecho es provocar, agredir y ofender.”
Polarización y falta de diálogo en el Congreso
Cullen también advirtió que la crispación dentro del Poder Legislativo es un reflejo de la falta de actividad política de la mayoría oficialista.
“Cuando las leyes dejan de importar, cuando el árbitro deja de ser creíble, lo que sigue son los balazos. Acá fueron golpes. Todo esto revela la polarización tan brutal en el Congreso.”
Sobre el futuro inmediato, la analista fue clara en señalar que la salida de Fernández Noroña de la presidencia del Senado puede significar un respiro:
“Hay que celebrar que está por salir Fernández Noroña. Esperamos que llegue el 30 de agosto y a las 12 de la noche se vaya, y empiece a calmarse el Senado para que legislen como los ciudadanos estamos esperando.”
En su estilo crítico y directo, Cullen cerró con una reflexión sobre lo que debería prevalecer en la vida parlamentaria: respeto y diálogo, no golpes ni censura.




