El presidente Andrés Manuel López Obrador pidió al exmandatario Felipe Calderón, explique sobre su relación con Genaro García Luna, detenido en Estados Unidos acusado de nexos con el narcotráfico.
Expresó que Calderón debe responder a varias preguntas, pero Carlos Elizondo refiere que mientras García Luna sea presunto culpable, las leyes del país del norte refieren que mientras no exista sentencia alguna no se puede hablar de que sea un delincuente y sin vínculos probatorios, AMLO no podrá cuestionar a nadie.
El presidente fue cuidadoso al decir que es un presunto, entonces, por lo pronto no se le puede preguntar algo al presidente Calderón de esos vínculos de los que lo están acusando. De sí sabía, si había grietas. No sabemos que sean ciertos. No se ha probado que hayan existido.
Varios años después, el presidente Calderón puede dar la explicación que quiera dar, puede ser falsa o puede ser verdadera. Pero hoy el presidente López Obrador es responsable de una administración que ojalá no vaya a tener sorpresas negativas.
Es muy complicada la administración pública federal y más cuando un presidente toma la decisión de confiar en alguien con puestos tan complicados como el secretario de Seguridad Pública, pues está realmente depositado, dándole casi su futuro político.
El presidente López Obrador es un presidente que controla mucho más a sus secretarios, que las decisiones las tiene mucho más cercanas, las maneja más directamente, pero no por ello no puede haber escándalos en el futuro donde tendrá que hacerse cargo.
