La llegada a Chihuahua del exgobernador de Chihuahua, César Duarte, registrada la tarde noche del jueves desde Florida, Estados Unidos, podría aclarar la llamada “operación Safiro”, en la que se habrían desviado millones de pesos de las arcas públicas para destinarlos a las campañas electorales del PRI en 2016 y que involucra a Manlio Fabio Beltrones y Luis Videgaray.
En su momento, el gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, señaló que Duarte Jáquez, armó una red de corrupción, de protección. Una especie de asociación delictuosa con la que se compró, con dinero en efectivo, el silencio de los participantes y que se conoce como “La Nómina Secreta”, temas que se destaparán cuando el exgobernador comparezca en los tribunales.
El exlíder chihuahuense destacó que muchos de los procesos que tiene en seguimiento la justicia con Duarte, están siendo investigados en colaboración con la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la SHCP, comandada, hasta ese entonces, por Santiago Nieto, además también expuso que se cuenta al menos con 20 órdenes de aprehensión a nivel estatal en contra del exgobernador y una a nivel federal.
Para el analista político, Carlos Elizondo, estos delitos electorales no son temas fáciles de seguir. Destacó la labor que Santiago Nieto inició para arrancar investigaciones en asuntos electorales y es quien logra impulsar las denuncias de Javier Corral
La detención y ahora presentación ya formal en México de Duarte, puede ser una anatomía interesante de cómo operaban aquellos gobernadores, cuáles eran los recursos que tenían de su lado, cuán difícil era tratar de frenarlos y detectarlos.
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