Corridos, narcocultura y una sociedad que se canta a sí misma

| 17:06 | Javier Solórzano | Uno TV

Javier Solórzano habla sobre el debate, que no es nuevo, en torno a los narcocorridos y la violencia.

“Me refiero al debate sobre la música: los corridos, los corridos tumbados, los narcocorridos. Desde hace décadas se discute si este tipo de canciones hacen apología del crimen organizado o si, por el contrario, retratan una realidad que muchos prefieren no ver”.

Javier Solórzano

No olvidemos que incluso a los Tigres del Norte se les señaló más de una vez por enaltecer al narcotráfico en sus letras. Lo mismo pasó con Camelia la Texana, ícono de los setenta. Sin embargo, en los últimos tiempos el asunto ha escalado por dos hechos concretos que merecen atención.

El primero ocurrió en Guadalajara, donde se presentó el grupo Los Ángeles de la Barranca. Durante su actuación, en las pantallas detrás del escenario comenzaron a proyectarse fotografías del Mencho desde su infancia hasta su edad adulta. 

El segundo caso sucedió en Texcoco. Un cantante, antes de comenzar su concierto, anunció que no interpretaría temas relacionados con los narcocorridos o corridos tumbados. La reacción del público fue inmediata: se molestaron. ¿Por qué? Porque eso es precisamente lo que muchos van a escuchar. 

Aquí no se trata de jugar a prohibir o no prohibir. Pero sí de poner sobre la mesa algunas cosas. Primero: esta música está cada vez más enraizada en la vida cotidiana de una parte muy amplia de la población. Segundo: si estas canciones existen, es porque algo más profundo ocurre en el país. 

Si se van a enojar, no se enojen con quienes cantan. Enojense con lo que está pasando en México, concluye Solórzano.

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