Javier Solórzano dice que el presidente Andrés Manuel López Obrador es omnipresente, ya que está en todos lados y tiene que ver con todo y eso lo coloca como una figura que suscita todo tipo de comentarios.
“En la ONU poco importó, fuera el lugar o no, donde planteó la lucha contra la pobreza, por más que la delegación rusa y china le hayan dicho que ese no era el lugar, él lo planteó, ahí dejó el asunto y veremos si logra generar una corriente de opinión que permita pensar en esta lucha contra la pobreza a nivel mundial”.
En su visita a Nueva York mucha gente lo apoyó, pero el asunto que inquieta, señala Solórzano, es que se destacó más el apoyo que recibió afuera de las Naciones Unidas que el discurso mismo.
Después en el avión que lo trajo de regreso al país le gritaron “¡fuera, fuera!”; no hay lugar donde no esté la omnipresencia del presidente, destaca el periodista.
En otro tema y en cuestión del presupuesto, Solórzano recuerda también que es “mano que mece la cuna” haciendo referencia a la cantidad de dinero que le redujo al INE, pero el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, dijo que el instituto tiene fideicomisos y que ese dinero se use para el proceso de revocación de mandato.
“Pero el dinero de esos fideicomisos, los cuales están establecidos por ley, solo se pueden utilizar para lo que fueron creados”.
Y Solórzano menciona que el gran asunto es que si “creamos un Estado de Derecho y hacemos con él, cuando llega un gobierno lo que se antoja, éste se tiene que cumplir”.
Además, el asunto no termina ahí, asevera Solórzano, señalando que el presidente se convierte en un tótem, incluso de la moral, y el periodista retoma el tema de la boda del ahora extitular de la UIF, Santiago Nieto y Carla Humphrey.
La cual resultó todo a contracorriente, desde el avión, los invitados y la misma renuncia de Nieto, recuerda Solórzano.
“Aquí el asunto es con qué se miden las cosas y ahí es donde el presidente vuelve estar omnipresente y él decide quiénes son buenos y quiénes son malos”.
