El Nobel de la Paz y su inevitable dimensión política
El Premio Nobel de la Paz nunca ha estado exento de controversia, opina Luis Rubio. Su naturaleza es, por definición, política. A diferencia de los otros Nobel otorgados en Suecia, este galardón lo entrega un comité noruego, precisamente porque Noruega —pequeña pero rica— puede actuar con independencia y libertad de criterio.
A lo largo de su historia, dice Rubio, cada premiado ha provocado debates. Winston Churchill, Frederik de Klerk y Nelson Mandela fueron figuras polémicas en su momento. Martin Luther King fue despreciado por amplios sectores blancos en Estados Unidos, y Rigoberta Menchú enfrentó el rechazo de su propio gobierno en Guatemala.
El caso de Menchú resulta especialmente ilustrativo: el presidente Carlos Salinas de Gortari no solo la respaldó, sino que la abrazó como un símbolo internacional. Un gesto que, según Rubio, el actual gobierno mexicano no parece comprender o replicar, pese a su valor diplomático y simbólico.
El comité noruego enfrentó una fuerte presión política, en especial de Donald Trump, quien buscaba el reconocimiento para sí. En lugar de ceder, el Nobel fue otorgado a María Corina Machado, una figura que representa la lucha por la democracia en Venezuela y que simboliza los valores más puros del premio: resistencia ante la autocracia y defensa de los derechos humanos.
La decisión tuvo un efecto doble: reconoció una causa legítima y, al mismo tiempo, neutralizó cualquier intento de protesta de Trump, pues ambos comparten la oposición al régimen de Nicolás Maduro.
El Premio Nobel de la Paz provoca admiración o desprecio según quién lo reciba. Cuando el galardonado coincide con nuestras simpatías, lo vemos heroico; cuando no, lo juzgamos como manipulado. Pero el análisis recuerda que su propósito no es complacer, sino promover causas esenciales para la civilización moderna: la democracia, la libertad y la lucha contra el autoritarismo.
“El Nobel de la Paz siempre será político, pero también civilizatorio”, concluye Rubio. Porque en cada decisión, el comité busca arropar, apoyar y visibilizar luchas que mantienen viva la esperanza de un mundo más libre.
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