La Corte y el presidente deben romper los acuerdos

De acuerdo con el reconocido doctor Luis Rubio, “la función del arbitro constitucional es la de romper los empates y desencuentros entre los otros poderes públicos”, específicamente en el caso de México, señala que “la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tiene como responsabilidad resolver las diferencias entre el poder legislativo y el poder judicial”.

Por ello, en su videocolumna de hoy, elabora una detallada reflexión sobre lo que ocurre actualmente con la Corte mexicana y los posibles escenarios derivados de esto, así como las posibles soluciones, señalando que una opción podría ser romper los acuerdos con el presidente.

“[La Suprema Corte de ]México en estos años se ha encontrado en una situación anómala como lo caracterizó en parte el siglo XX, y es que el [poder] ejecutivo domina al legislativo porque su partido ha tenido el control hasta ahora”.

El experto señala que “la Corte adquiere una importancia trascendental porque es la única que puede conferirle certidumbre a la población y garantizar los derechos ciudadanos“, así como “evitar que se junten los otros dos poderes para ‘hacer lo que les dé la gana'”, porque en su opinión, el objetivo de un sistema de tres poderes, es que haya equilibrio entre ellos.

“La Suprema Corte de México fue renovada en los años 90 con el objetivo expreso de crear condiciones para que pudiera funcionar en las nuevas circunstancias del siglo XXI, aunque nadie anticipaba lo que estamos viviendo”.

Y es que nuestro colaborador, señala que “el presidente Andrés Manuel López Obrador logró desde el primer día tener control sobre la Corte, porque despidió a uno de los ministros, normó a los dos que le correspondían y subordinó por diversas razones, que no todas son claras, al presidente de la Corte”.

Ante esto, el experto se pregunta “¿qué sigue?”, ya que aunque “el presidente de la Corte, ya anunció que no va a intentar seguir con más años de los que le corresponden”, el cual aclara “fue uno de los mecanismos que Morena propuso a través de un artículo transitorio en una legislación reciente”.

Todavía quedan un muchos casos en la Corte que tienen que resolverse y que son fundamentales para proteger a la ciudadanía, y que las legislaciones que impuso Morena con su mayoría absoluta en los últimos años, la ponen en una situación muy delicada”, asegura Rubio.

“Cosas como poner en prisión preventiva sin una orden judicial a una persona que la acusan de haber evadido impuestos o la posibilidad de que le quiten a una persona sus propiedades antes de que un juez determine si existe razón para ello”.

Para nuestro analista, el punto de fondo es que “si no tenemos una Corte que actúe para defender los intereses de los ciudadanos, entonces realmente no tenemos protecciones como ciudadanos, no tenemos mecanismos de contrapeso que sirvan para tener un país que se diga civilizado y democrático”.

“En ausencia de una Corte fuerte, no tenemos razón de llamarnos democráticos y civilizados como ocurre en otras naciones”.

Por ello, el doctor Rubio plantea dos posibles formas en las que e puede resolver esta situación:

“Una posibilidad es que la Corte “se duerma, se pase de muertito” los próximos dos años hasta que acabe el sexenio”.

La otra, dice el experto, “es que el presidente de la Corte, que es quien tiene control de los asuntos y es el que ha impedido que estos asuntos se discutan en el pleno de la Corte, “que se ponga los pantalones” y haga lo que dice un libro famoso que se llama ‘Elogio de la traición'”.

“Que simplemente rompa los acuerdos con el presidente, cualesquiera que estos hayan sido, y haga que se cumpla su función constitucional que es la de proteger a la ciudanía como primera instancia”.

Luis Rubio concluye indicando que “en la medida en que esto ocurra tendremos una Corte de la cual estar orgullosos”, de lo contrario señala, “veremos erosionarse las libertades que tenemos los mexicanos y veremos que se puede poner en riesgo la constitucionalidad y hasta la estabilidad del país”.

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