La frontera del futuro: México necesita volver a ganarse a EE.UU.
¿Te has puesto a pensar en qué país depende más México? Para el periodista Luis Rubio no hay duda: Estados Unidos (EE.UU.) es ese vecino poderoso que influye en casi todo lo que pasa aquí.
Desde las remesas que llegan directo a millones de familias hasta el turismo, el comercio y hasta las decisiones políticas. Pero no todo es color de rosa: esa relación es complicada, y más desde que el presidente Donald Trump entró al juego.
“Hace algunas décadas, los americanos hicieron todo lo que se podía y querían hacer mucho más para poder hacer que México progresara rápido y se volviera un país cercano. Estados Unidos una frontera segura como la que tienen con Canadá”.
Luis Rubio
¿Y ahora qué hacemos?
Hoy, México ya no es solo un país más para ellos. Es parte de su política interna, aparece en debates, campañas y discursos. Y eso, aunque no lo creas, complica muchísimo las cosas. En EE.UU. se enfocan en pocos temas internacionales, y para entrar en su radar necesitas una estrategia clara, según Rubio.
Muchos países invierten fuerte en relaciones públicas dentro de Estados Unidos. Israel, Ucrania o Arabia Saudita tienen presencia en medios, en universidades, en el Congreso. México lo hizo bien una vez, cuando se aprobó el Tratado de Libre Comercio (TLC). ¿Por qué no volver a hacerlo?
No basta con “caerles bien”
Hay que ir más allá de las pláticas entre políticos. Se necesita una ofensiva cultural, empresarial y social que llegue a la gente común.
La frontera con Estados Unidos es un problema… o una oportunidad. Depende de nosotros mostrarles que podemos trabajar juntos, que no venimos a causar líos, sino a resolverlos. Pero para eso hay que demostrar que somos confiables.
“Ellos no van a rechazar nuestras nuestras peticiones, pero todas las veces que México ha tenido un planteamiento a los americanos, ellos han respondido. Para ellos la frontera mexicana es crucial. Tenemos que convertirla en una oportunidad una vez más”.
Luis Rubio
Si no actuamos pronto, otros países lo harán por nosotros. “Los problemas que tenemos son obvios, muy complejos y muy diversos, pero en la medida en la que trabajemos con ellos y nos vean que tenemos ganas de resolverlos, la solución es muy sencilla“, remata.
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