México exige respeto afuera, pero discrimina en casa
En su más reciente colaboración, el analista político Luis Rubio lanzó una crítica contundente a la doble moral que impera en México respecto al tema migratorio. “No hay mayor incongruencia en nuestra vida política que el trato que se le da a los migrantes en Estados Unidos y la forma en que se rechaza a los extranjeros en México”, afirmó.
Rubio se refirió a las recientes marchas contra la gentrificación en la Ciudad de México, donde se ha protestado por la presencia de extranjeros, en particular estadounidenses, acusándolos de encarecer y alterar la vida comunitaria. “Suena exactamente a lo mismo que dicen muchos americanos respecto a los migrantes en Estados Unidos”, comparó.
El analista cuestionó la congruencia de una sociedad que exige respeto para los mexicanos en el extranjero, pero que es intolerante con los extranjeros que viven en México. “Estamos hablando de algunas decenas de miles de extranjeros en México frente a varios millones, quizá más de una decena de millones, que son ilegales en Estados Unidos”, apuntó.
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Rubio fue más allá al advertir que detrás de estas posturas se esconde una fuerte carga de xenofobia y antisemitismo. “Hay una indisposición a entender que el mundo es global”, dijo. Criticó que se acepte con naturalidad el consumo de productos globales —desde electrodomésticos hasta películas— pero se rechace que personas de otros países vivan en nuestro entorno.
“Esta incongruencia, mucho más típica de la Ciudad de México, es una muestra de que no estamos madurando políticamente como sociedad”, remató.
Finalmente, lanzó una advertencia sobre el concepto mismo de democracia: “Si queremos democracia, tenemos que ser demócratas. No puede ser una cosa sin la otra”.
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