Trump y México: una relación en tensión constante
A poco más de tres meses de la presidencia de Donald Trump, las relaciones entre México y Estados Unidos viven momentos de alta tensión e incertidumbre. Luis Rubio afirma que si bien México ha logrado evitar los “peores ataques” gracias a una gestión diplomática hábil, “no nos ha ido mejor que a otros países”, lo que deja al país en una posición delicada.
El surgimiento de aranceles, aún en el marco del Tratado de Libre Comercio, evidencia un quiebre en las reglas del juego. “En un país que tiene un tratado de libre comercio simplemente no debería haber” aranceles, se argumenta. Este fenómeno representa una amenaza al marco normativo que ha regido la relación bilateral por décadas.
EE.UU. necesita a México próspero, pero hay que convencerlos
Una cita reveladora de un exasesor de seguridad nacional estadounidense aporta perspectiva:
“Es en el mejor interés nacional de Estados Unidos que México sea un país exitoso y próspero”.
Este reconocimiento implícito de la dependencia estratégica mutua exige que México actúe con claridad y contundencia. No basta con posicionamientos filosóficos o abstractos, se afirma. México debe presentarse ante Washington con “programas en la mano” que demuestren su compromiso y beneficios mutuos.
Replantear el enfoque con liderazgo y visión
El Tratado de Libre Comercio es presentado como el ejemplo más poderoso de cooperación exitosa, resultado de una agenda proactiva por parte de México en los años 80. Hoy, el país necesita replicar esa fórmula y actualizarla.
La propuesta es clara: México debe liderar la agenda, no simplemente reaccionar a los cambios en Washington.
“Esto es lo que necesitamos. Esto es importante para ustedes y para nosotros”, dijo Luis Rubio.
Este enfoque también busca combatir la mala imagen mediática que prevalece en EE. UU. y posicionar a México como un socio clave, no como un adversario.




