Vargas Llosa y el Papa Francisco: sincronía de dos gigantes
Vaya sincronías las que nos lanza la vida, como si el calendario se hubiera confabulado con la historia. En apenas ocho días, uno tras otro, sin darnos tregua, se nos fueron dos gigantes. Dos hombres de universos distintos, sí, pero igualmente inmensos en su andar, destacó Martha Anaya.
Mario Vargas Llosa, el peruano indomable, el de la pluma punzante y la novela precisa, se despidió a los 89 años. Premio Nobel de Literatura, sí, pero también incansable polemista, ensayista vibrante, provocador de pasiones, de amores y de críticas. Se atrevió incluso a coquetear con la política, ¿recuerdan?, cuando buscó la presidencia de su país. No ganó, pero vaya que dejó huella.
Del otro lado, ocho días después, el mundo entero se estremecía con la muerte del Papa Francisco, el jesuita argentino, el Papa que quiso mover las estructuras de la Iglesia… y topó con las resistencias del poder eclesiástico.
Ambos nacieron el mismo año: 1936. Vargas Llosa alcanzó a llegar a los 89; Francisco se quedó a unos meses, partiendo a los 88. Pero los dos, cada uno a su modo, marcaron un tiempo. Un tiempo que ahora parece cerrarse con su partida.
“Se van dos grandes en esta sincronía de la historia”.
Martha Anaya
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