¿SCJN invade atribuciones del Poder Legislativo al debatir sobre el Plan B Electoral?

La periodista Pamela Cerdeira analiza el inicio del debate sobre la constitucionalidad de la primera parte del Plan B de reforma electoral en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), por lo que se pregunta si dicha institución está interfiriendo en las labores del Poder Legislativo en este sentido.

El Gobierno de México advirtió que si la SCJN invalida el proceso legislativo del Plan B de la Reforma Electoral incurriría en sustituir al Congreso de la Unión. Presidencia recordó que el principio de división de poderes prohíbe a la SCJN establecer requisitos adicionales al trámite legislativo, ya que la Constitución reserva dicha facultad al Congreso de la Unión.

¿La SCJN interfiere en asuntos del Poder judicial?

En videocolumna para UnoTV.com, nuestra colaboradora precisa que “los ojos están otra vez sobre la Suprema Corte de Justicia donde se buscarán invalidar el Plan B de la reforma electoral“, en la cual se requerirá de una votación de mayoría calificada, por lo menos ocho de los 11 integrantes del pleno.

“El discurso oficialista dice es que la Suprema Corte de Justicia está invadiendo atribuciones que le tocan a legislativo en realidad no es cierto. Parte de lo que tiene que hacer es revisar que aquello que haya aprobado legislativo sea o no constitucional”.

Pamela Cerdeira

Revisar la constitucionalidad de los proyectos “es prácticamente una de las definiciones de aquello que tiene que hacer la SCJN“. En este sentido, la revisión del Plan B electoral es parte de su trabajo,” es por eso importante ante todo lo que estaremos escuchando el día de hoy, respirar con calma”.

Según Pamela Cerdeira, al decir que la SCJN hace trabajo legislativo, se trata de deslegitimar a una institución que hoy no tiene en su presidencia a alguien que avale sin cuestionar ni revisar lo que se propone desde el Ejecutivo.

“Finalmente, la división de poderes, que puede no gustar a muchos, pero que da equilibrios a un país que esperamos que se pueda construir, no con miras a cada seis años, sino a mucho más largo plazo”, remata nuestra columnista.

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