Aunque el término “microorganismos”, se asocia con alguna enfermedad, los probióticos son microorganismos vivos que, al ingerirse, son benéficos para la salud intestinal.
“Hay probióticos para estreñimiento, hay probióticos para hígado graso, hay probióticos para diarrea, que a veces asociados a prebióticos que son el alimento de esas bacterias, van a hacer que crezcan más y tengan una mejor funcionalidad en el intestino”.
Ana Teresa Abreu, gastroenteróloga
Se pueden encontrar en alimentos fermentados como el yogur y en suplementos alimenticios.
“A partir de la identificación de los signos y síntomas que tiene el paciente, por supuesto tiene que ser por medio de un especialista, es que se va a asignar el tipo de cepa que vamos a encontrar en estos suplementos alimenticios”.
Katia María Pérez, nutrióloga
A diferencia de los probióticos, los prebióticos son alimentos altos en fibra.
Ambos contribuyen a tener una microbiota intestinal sana.
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“Ir a las leguminosas que tenemos tan ricas en diversidad aquí en México, frutas, verduras”.
Tania Zertuche, directora en Bienestar y Prevención, Tec Salud
La microbiota intestinal o flora intestinal permite que funciones como la absorción de nutrientes y producción de vitaminas se realice de forma correcta.
“La microbiota intestinal hace referencia a la comunidad de microorganismos vivos y que están en nuestro intestino, en el intestino grueso, el colon”.
Tania Zertuche, directora en Bienestar y Prevención, Tec Salud
La microbiota intestinal debe de estar en equilibrio, es decir, el número de microorganismos benéficos y de los no tan benéficos debe ser proporcional.
“Hoy por hoy sabemos que más de 300 enfermedades a cualquier nivel están relacionadas con alteraciones en la microbiota intestinal, muchas veces es una consecuencia de la enfermedad y muchas otras tantas veces es el problema derivado de que esa microbiota no esté en un orden, en una proporción, en un equilibrio”.
Tania Zertuche, directora en Bienestar y Prevención, Tec Salud
Aunque aún no existe un estudio específico para determinar el estado de la microbiota intestinal, los especialistas pueden analizar una muestra coprológica y, a partir de ella, determinar la cantidad y la calidad de bacterias intestinales, tanto benéficas como las perjudiciales para la salud.
