Miles de tarimas estibadas en la vía pública implican un riesgo, afirman vecinos de la colonia Coltongo, en Azcapotzalco, Ciudad de México (CDMX).
Las tarimas, las cuales están a la venta en la calzada que lleva el mismo nombre de la colonia ubicada al norte de la CDMX, suponen el escondite ideal para asaltantes.
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Bajo condición de anonimato, vecinos denuncian los riesgos que esto representa, sobre todo por las noches.
“Es un gran temor caminar entre tantas pilas de tarimas; llegan a medir hasta cuatro metros de altura. Los asaltantes se esconden ahí, nos sorprenden, nos despojan de nuestras pertenencias, hay vecinos que han sufrido robo de autopartes”.
Habitante de la colonia Coltongo.
Las tarimas se encuentran en ese lugar porque decenas de familias las reparan y las venden. Actividades que impactan a peatones y automovilistas.
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“Yo, en lo personal, he sufrido (agresiones) dos veces en mi carro, por pedir que se quiten, pues (le han hecho) rayones. Me rompieron un vidrio.”
Habitante de la colonia Coltongo.
¿Qué dicen las autoridades sobre las tarimas de la colonia Coltongo?
La alcaldesa en Azcapotzalco, Margarita Saldaña, asegura que emprendió los primeros operativos para retirar a quien vende las tarimas.
“Hemos podido, en un momento dado, ir liberando algunos espacios frente a algunas escuelas, pero la mayor parte está definitivamente lleno. Nosotros podemos hacer hoy un operativo y a veces más tardamos en hacerlo en que se vuelven a poner.”
Margarita Saldaña, alcaldesa de Azcapotzalco.
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A través de oficios, vecinos han pedido la intervención del gobierno de la CDMX y la Secretaría de Seguridad Ciudadana, petición que ha sido respaldada por la alcaldía. Argumentan que el problema surgió hace casi una década.
“Yo creo que ya no se puede prolongar más, es momento de que vayamos nosotros ya analizando la posibilidad de pedir un apoyo a otras instancias. Realmente se dejó crecer muchísimo el problema, no se puso orden”.
Margarita Saldaña, alcaldesa de Azcapotzalco.
Los vecinos, afirman, solo piden que pongan en orden a los vendedores de tarimas: “No estamos tratando de quitarles su fuente de trabajo, vemos que están frente a bodegas, lo más congruente es que metan su material”.
