“Bebé”, “cielo” o “mi reina”: los 3 peligros que pueden ocultar los apodos cariñosos

| 14:59 | Georgina Becerril | Psychology Today
Apodos cariñosos
Los apodos cariñosos pueden disfrazar problemas más serios de pareja.

Decirle “amor”, “bebé” o “cariño” a tu pareja puede parecer una señal de afecto, pero también podría estar ocultando problemas profundos en la relación, advirtió el psicólogo Mark Travers, en un artículo publicado en Psychology Today.

Según Travers, aunque estos sobrenombres suelen verse como “una forma entrañable de expresar intimidad”, hay tres riesgos clave que pueden dañar la comunicación y el vínculo emocional si no se usan con conciencia.

Los 3 peligros de los apodos cariñosos en las relaciones

Para Travers, el uso excesivo o automático de apodos puede tener efectos negativos si sustituye una comunicación más honesta y directa.

“Los apodos pueden crear una fachada de cercanía mientras ocultan una desconexión emocional”.

Mark Travers, psicólogo

Según el autor, lo anterior puede reflejar una “pérdida de individualidad” dentro de la relación.

El psicólogo enumera tres peligros principales que surgen al abusar de los nombres cariñosos:

1. Ocultar tensiones y conflictos. Pueden ser usados como manipulación emocional

“Cuando una pareja atraviesa problemas, pero sigue usando apodos cariñosos como si nada pasara, pueden estar evitando enfrentarse a los verdaderos sentimientos”, dijo el psicólogo.

Tras un conflicto, en lugar de abordar el asunto, puede haber una avalancha de cariños:

  • “Ángel, no te enojes”
  • “Sabes que te adoro, cariño”
  • “Eres todo para mí, amor”

Travers explicó que “algunas parejas continúan usando nombres cariñosos incluso cuando hay una desconexión emocional”, lo que puede impedir que aborden los problemas reales.

2. Cuando los apodos crean la ilusión de cercanía

El segundo riesgo es que los apodos se conviertan en una forma de llenar vacíos emocionales. En vez de dialogar sobre lo que sienten, las parejas pueden recurrir a sobrenombres para simular cercanía.

“Los apodos pueden ser un sustituto fácil de una conversación honesta”, advirtió Travers.

“Que te llamen bebé o nena al principio de una relación puede resultar reconfortante, pero esa sensación de cariño puede ser engañosa”, dijo. 

Y recomendó llevar un registro con las siguientes preguntas:

  • ¿Los utiliza para evitar conflictos?
  • ¿Los apodos cariñosos surgen con más frecuencia después de una tensión o un desacuerdo?

3. Cuando el afecto se convierte en infantilización

Los apodos cariñosos se pueden llegar a usar para desestimar en lugar de crear vínculos profundos.

El experto explicó que si tu pareja evita abordar temas complejos y responde con frases como:

  • “Oh, alguien está un poco malhumorado hoy, verdad bebé”.
  • Solo estás cansada, cariño. No le demos más importancia a esto.
  • Le das demasiadas vueltas a todo, cariño. No te preocupes por esa cabecita tuya.

“Estas respuestas pueden sonar cariñosas, pero pueden hacerte sentir que estás exagerando. En esencia, minimizan tus emociones y desvían la atención del problema en cuestión”.

Mark Travers, psicólogo

Y subrayó: “Esta es una forma de infantilización emocional”.

Apodos: útiles, pero con conciencia

El experto explicó que usar apodos cariñosos puede reforzar una relación, pero en “situaciones” seguras:

  • Los apodos cariñosos son algo que ambos disfrutan
  • Se utilizan además de la comunicación real, no como sustitutos
  • Aparecen durante la conexión, no sólo después del conflicto
  • Reflejan seguridad emocional, no evasión emocional

“Los apodos cariñosos pueden ser una herramienta hermosa de intimidad, pero solo si se usan junto con una comunicación honesta y empática”, concluyó.

Y destacó que se debe estar alerta de cómo y cuándo se utilizan, y asegurarse de que no estén reemplazando conversaciones necesarias.

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