¿Con qué frecuencia debes cambiar tu cepillo de dientes y cuáles son los riesgos de no hacerlo?

La higiene bucal no sólo consiste en lavarse los dientes constantemente, sino también en cuidar y cambiar el cepillo de dientes cada cierto tiempo. Los expertos en odontología han debatido sobre la importancia de cambiarlo con cierta frecuencia y tanto Higienistas Vitis como SociDent ofrecen la respuesta.

¿Con qué frecuencia hay que cambiar el cepillo de dientes?

Los especialistas del Ex-Centro de Aprendizaje Higienistas Vitis destacan que es importante cambiar el cepillo de dientes al menos cada tres meses, pues aseguran que “un cepillo gastado no puede eliminar la placa bacteriana o biopelícula bucal con la misma eficacia que uno en óptimas condiciones”.

SociDent también precisa que el tiempo de vida útil aproximado para un cepillo dental es de aproximadamente tres meses, existen ciertas condiciones para reemplazarlo que no tienen que ver precisamente con el tiempo, las cuales son las siguientes:

  • Ausencia de enfermedades, ya que existen ciertas afecciones bucales que dañan las cerdas, y en caso de que haya una cantidad de bacterias superior a la habitual, la vida útil del cepillo disminuye.
  • Dentaduras perfectas, pues si existe una malformación en la boca puede afectar el modo de cepillarse y la herramienta de higiene bucal se deteriora con mayor velocidad.
  • Si se utilizan aparatos de ortodoncia, se debe prestar especial atención a la higiene bucal, siendo que los restos de comida pueden quedarse atorados en el aparato y deben eliminarse para que no se forme placa bacteriana.

“En algunos casos el periodo de 90 días que se recomienda para cambiar un cepillo de dientes podría resultar exagerado. Hay personas que, por usar aparatos de ortodoncia; por tener una mala técnica de cepillado; o porque tienen como costumbre morder el cepillo, terminan deteriorándolo en un promedio de 15 días”

SociDent
El cepillo de dientes se debe cambiar cada tres meses.

El cepillo se cambia a las primeras señales de desgaste

La Sociedad de Clínicas Dentales de Madrid, España, desmiente que el cepillo de dientes se tenga que cambiar forzosamente a los tres meses, sino que la recomendación es reemplazarlo con uno nuevo cuando aparezcan las primeras señales de deterioro.

La vida útil del cepillo varía por cada persona, pues su desgaste depende de la frecuencia y el uso correcto que se le de. Si las cerdas lucen desgastadas, ese es el momento adecuado para desecharlo, pues ya no llegan a las zonas de difícil acceso. De igual forma, si la persona sufrió una enfermedad bucal, se debe cambiar, pues está contaminado con bacterias.

¿Cómo cuidar la principal herramienta de cuidado bucal?

De acuerdo con Higienistas Vitis, el cepillo de dientes es un reservorio ideal para los microorganismos, lo cual depende del correcto cuidado del mismo. Los gérmenes pueden empezar a desarrollarse después del primer uso y aumentan conforme se va utilizando. Las recomendaciones son:

  • Aclarar bien el cepillo después de utilizarlo y eliminar el exceso de agua
  • Utilizar siempre cepillos que tengan capuchón para que tanto el cabezal como sus filamentos queden protegidos, pero que al mismo tiempo permita el paso del aire; ello minimizará un ambiente húmedo entre los filamentos.
  • Guardar el cepillo dental en posición vertical para facilitar su secado e impedir su contaminación. Evitar el contacto entre cepillos para prevenir una contaminación cruzada.

¿Qué riesgos hay si no se cambia el cepillo de dientes?

El doctor Mario Zuñiga, secretario de estudios de postgrados de la Facultad de Odontología de la Universidad San Sebastián, destaca que es importante cambiar el cepillo de dientes para garantizar una apropiada técnica de higiene y evitar enfermedades como periodontitis y gingivitis.

Además, ayuda a prevenir halitosis, mal aliento y la pérdida de piezas dentales. “Además, al estar en contacto con la placa dental y dejarlo guardado en lugares húmedos lo convierte en un receptor de bacterias u hongos“, señala Zúñiga.

Finalmente, el especialista recomienda elegir un cepillo de dientes con mango recto y ergonómico, con cerdas suaves y cabezal pequeño para que pueda llegar hasta el último molar.

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