Comer tarde puede hacerte subir de peso, advierte un nuevo estudio

Comer tarde puede cambiar la forma en que se queman calorías y se almacena grasa, según muestra un estudio deprimente
Comer tarde está relacionado con la obesidad | Foto: Getty Images

Un estudio reciente sugiere que comer tarde en el día puede afectar directamente nuestra regulación biológica del peso, cambiando la forma en que se queman calorías y se almacena grasa. Por esta razón, ingerir alimentos a altas horas de la noche puede aumentar el riesgo de obesidad.

“Comer tarde se ha relacionado con el riesgo de obesidad. No está claro si esto se debe a cambios en el hambre y el apetito, al gasto de energía o a ambos, y si están involucradas vías moleculares en los tejidos adiposos”.

Fragmento del estudio de Cell Metabolism

¿Qué pasa en el cuerpo por comer tarde?

Comer tarde aumenta el hambre y altera las hormonas reguladoras del apetito, aumentando el tiempo de vigilia, según dicen los autores de un estudio publicado en la revista especializada Cell Metabolism.

Además, comer tarde disminuye el gasto energético al despertar y la temperatura corporal central durante 24 horas.”Estos hallazgos muestran que comer tarde puede resultar en un equilibrio energético positivo y un mayor riesgo de obesidad“.

  • En términos generales, la ingesta de alimentos en las últimas horas del día afecta a la cantidad de calorías que quema el cuerpo; los niveles de hambre; y la forma en que el organismo almacena grasa.

¿Cómo se llevó a cabo la investigación?

La investigación estuvo estrictamente controlada e involucró a 16 participantes con un índice de masa corporal (IMC) en el rango de sobrepeso u obesidad, según retoma la publicación Science Alert.

Cada voluntario pasó por dos experimentos diferentes que duraron seis días, con su sueño y su alimentación estrictamente controlados de antemano, y varias semanas entre cada prueba.

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Comer tarde: ¿cuáles son las peores horas para hacerlo?

En un experimento, los participantes mantuvieron un horario estricto de tres comidas al día alrededor de los horarios normales: desayuno a las 9:00 horas, almuerzo a la 13:00 y cena alrededor de las 18:00 horas.

En el otro, las tres comidas se retrasaron. Es decir, la primera comida del día (el desayuno) se ingirió alrededor de las 13:00 horas y la última (la cena) alrededor de las 21:00 horas. La comida sucedió en este intervalo.

A través de muestras de sangre, encuestas y otras mediciones, el equipo pudo definir que al comer más tarde, los niveles de la hormona leptina, que indica cuándo una persona está llena, fueron más bajos durante 24 horas.

Esto indica que los participantes pueden haber sentido más hambre. Asimismo, las calorías se quemaban a un ritmo más lento y disminuyó el proceso de lipólisis que descompone la grasa.

Otras posibles consecuencias por comer tarde

La obesidad, que puede aumentar por comer tarde, puede provocar otros problemas de salud como la diabetes y el cáncer, por lo que encontrar maneras de detener su desarrollo supondría una diferencia para la salud de la población mundial.

En el futuro, el equipo quiere ver investigaciones que involucren a más mujeres (solo 5 de los 16 voluntarios eran mujeres), así como investigaciones que analicen cómo los cambios en la hora de acostarse en relación con la hora de comer también podrían influir en estos procesos.

“En estudios a mayor escala, donde no es factible un control estricto de todos estos factores, al menos debemos considerar cómo otras variables ambientales y de comportamiento alteran estas vías biológicas que subyacen al riesgo de obesidad“, remató Frank Scheer, del Brigham and Women’s Hospital de Boston.

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