Disfunción eréctil después de padecer COVID-19 puede ser síntoma de algo más grave: UNAM

Aunque no hay datos concluyentes acerca de la relación entre la disfunción eréctil y el COVID-19, es cierto que podría ser indicador de daños a causa del virus del SARS-CoV-2. | Foto: Getty Images / Internet.

La disfunción eréctil podría ser tan sólo la punta del iceberg de muchos padecimientos más graves tras haber padecido una forma severa del COVID-19, asegura un estudio publicado en la revista Nature. Alejandro Sánchez Flores, del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica por qué.

“No se ha visto que se esté presentando más esta disfunción en hombres de 50 años en adelante que sufrieron la COVID-19 contra aquellos que no han sufrido enfermedades, sí es cierto que puede ser la punta del iceberg”, ya que según dice “se sabe que el virus, al ser un patógeno que desequilibra la regulación de la renina-angiotensina, que tiene que ver con la presión arterial, daña los tejidos que están en los vasos sanguíneos, parte del sistema circulatorio, del cual depende una erección”.

Afectaciones relacionadas con la disfunción eréctil tras padecer COVID-19

Dentro de las afectaciones relacionadas con la disfunción eréctil que puede haber tras padecer la COVID-19, es tener daños psicológicos, dice el experto.

“Pareciera ser que hay algunos elementos que se pueden relacionar. No podemos culpar al virus concretamente, sino que hay dos componentes, el psicológico que afecta nuestro comportamiento en torno a las actividades sexuales; el otro es sobre el funcionamiento de cosas más específicas como el óxido nítrico sintasa, un regulador que es necesario básicamente en una erección, pues es indispensable que la sangre venosa, la sangre que no tiene oxígeno, se quede atrapada en el pene y no circule la sangre arterial”.

Problemas de infertilidad por daño a los testículos, es otra afectación que se suma a la disfunción eréctil, a pesar de que la frecuencia de casos no ha sido alta”, dice Sánchez Flores, quien sostiene que es importante saber que la disfunción “puede ser un indicador de un daño más severo al corazón u otros órganos; y es que muchos de los casos de infartos cerebrales se originan por la ruptura de los vasos sanguíneos en el cerebro. 

Hay que estar atentos a síntomas que se han estado estudiando como el cansancio excesivo, que se ha visto en jóvenes que padecieron la COVID-19, ya que, según el experto, se ha descubierto que a pesar de que no tienen un padecimiento como tal llegan a tener microtrombos, coágulos muy pequeños y su agregación plaquetaria es mayor de lo normal o es más alta de lo normal. 

“La disfunción eréctil nos indica que hay daños en los endotelios, porque, aunque el virus del SARS-CoV-2 ya no está presente, deja desreguladas muchas cosas”, sostiene el académico de la UNAM.

¿Qué hacer?

“Es muy importante que no se automediquen. Es algo muy arraigado en nuestra cultura y que tiene que terminar”, dice el especialista, quien sugiere ir con el especialista en el caso de tener una disfunción eréctil, porque, aunque la venta de medicamentos como el Viagra es libre, su uso debe ser supervisado. 

Y es que para el investigador el problema de la disfunción es solucionable.

“Lo primero es tratar lo que puede comprometer la vida, después la parte funcional”.

Otras consecuencias del COVID-19 a la salud

Dentro de las secuelas que se han registrado por la COVID-19 está la anosmia, que es la pérdida del olfato y el gusto, algo que en muchos casos se ha reportado que mejora con el paso del tiempo.

También la parosmia, un padecimiento en el que los sabores y olores son distintos a como eran antes de haber enfermado. 

Alejandro Sánchez señala que por ello era necesario cuidar los picos de la pandemia, porque ahora muchas secuelas requerirán de la ayuda de un especialista, y quizá con tantos pacientes la disponibilidad no será la misma debido a la carga de trabajo.

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