Estos 5 órganos se afectan por comer muchos embutidos

| 15:43 | José Antonio Romero Santiago | UnoTV
Estos 5 órganos se afectan por comer muchos embutidos
Órganos que se afectan por comer muchos embutidos. Foto: Pexels

Al menos cinco órganos se afectan por comer muchos embutidos, esto principalmente al contenido en grasas saturadas, sodio, conservantes y compuestos potencialmente cancerígenos como los nitritos y nitratos que contienen.

La recomendación para consumir embutidos es que debe ser de forma ocasional, prefiriendo opciones más saludables como carnes magras, legumbres o embutidos sin nitritos.

¿Qué órganos son afectados por comer muchos embutidos?

Los órganos que se afectan por comer muchos embutidos son el corazón, el intestino, el hígado, los riñones y el colon:

¿Por qué los embutidos y las carnes rojas pueden afectar al corazón?

Los embutidos y las carnes rojas tienen altos niveles de hierro, zinc y ciertos aminoácidos que el cuerpo necesita para funcionar bien. Estos nutrientes ayudan a producir proteínas y a regular las hormonas. Sin embargo, cuando se consumen en exceso, pueden aumentar el riesgo de sufrir enfermedades del corazón.

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¿Por qué los embutidos y las carnes rojas pueden afectar el intestino?

Las carnes procesadas (como salchichas, jamón o tocino) contienen sustancias que, al llegar al intestino, pueden formar compuestos muy dañinos que aumentan el riesgo de cáncer.

También están relacionadas con problemas como la aterosclerosis (que afecta las arterias), la resistencia a la insulina (lo que puede llevar a diabetes) y daños en las células que recubren los vasos sanguíneos.

¿Por qué los embutidos y las carnes rojas pueden afectar el hígado?

El hígado se encarga de eliminar sustancias tóxicas que entran al cuerpo a través de lo que comemos, bebemos o tomamos como medicina. Sin embargo, consumir frecuentemente alimentos como chicharrón, manteca, salami, longaniza o chorizo puede causar hígado graso.

Según la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, esto pasa cuando se acumula demasiada grasa en las células del hígado, lo que provoca inflamación. Si esta inflamación continúa por mucho tiempo, puede generar cicatrices (conocidas como fibrosis) y, con el tiempo, causar daño hepático crónico o incluso cirrosis.

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¿Por qué los embutidos y las carnes rojas pueden afectar los riñones?

Las personas con enfermedad renal deben evitar consumir embutidos, pues estos productos (como el jamón, salchichas y chorizo) contienen altos niveles de sodio y fósforo, lo que puede empeorar la función renal y aumentar el riesgo de complicaciones, comenta la nutrióloga Jessica Pérez.

Su alto contenido en grasas saturadas puede afectar negativamente la salud cardiovascular. Por lo tanto, es importante que quienes padecen enfermedad renal limiten o eviten el consumo de embutidos para proteger su salud.

¿Por qué los embutidos y las carnes rojas pueden afectar el colon?

Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que comer carnes procesadas como salchichas, jamón, tocino o carne enlatada puede causar cáncer de colon. Estas carnes fueron puestas en el grupo 1 de sustancias peligrosas, junto con el tabaco y el asbesto, porque hay suficiente evidencia de que están relacionadas con esta enfermedad.

El estudio también señala que comer 50 gramos de carne procesada al día (lo que equivale a unas 2 rebanadas de tocino) puede aumentar el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%.

Además, la carne roja fue clasificada como una posible causa de ese tipo de cáncer y también podría estar relacionada con otros, como el cáncer de páncreas y el de próstata.

¿Qué alimentos incluye una dieta balanceada?

Para llevar una alimentación sana y balanceada, los expertos en salud recomiendan incluir todos los grupos de alimentos: leche y sus derivados, pollo, huevo, pescado, leguminosas (como frijoles y lentejas), frutas, verduras y grasas saludables (como el aguacate, el aceite de oliva y las nueces).

También aconsejan consumir más fibra, que se encuentra en frutas, verduras y cereales integrales. Es importante mantener un equilibrio entre lo que se come y lo que se gasta en energía, por ejemplo, haciendo ejercicio. Esto ayuda a evitar subir de peso.

Otro punto clave es reducir las grasas malas (como la manteca o las grasas sólidas) y preferir las grasas buenas, como las que están en el aceite de oliva, de cártamo o de soya. Además, se sugiere bajar el consumo de azúcar y bebidas azucaradas, y usar sustitutos del azúcar cuando sea posible.

También es importante no abusar de la sal (sodio), hacer al menos tres comidas al día con dos snacks o colaciones entre ellas, y tomar por lo menos 2 litros de agua simple al día.